En mi pecho mi corazon resuena. Distintas palabras para distintas intensidades. Depende del latido, las palabras que definen los estados del amor son cinco. "Me gustas”, “te adoro” y “me encantas”. Luego “te quiero”, y “te amo”. Separados solo por un intervalo. Un latido.
Hay palabras que tan solo pertenecen a dos individuos. Palabras que no diras a otro salvo a el o ella. Un momento unico en el dia de cada uno. Susurrados, antes de dormir, o leidos antes de ir a trabajar. Tan valiosos como gestos, o caricias del dueño de esas palabras, del dueño de tus besos.Besos para el dueño de tus “te quiero”.
Sin embargo, a veces el “te quiero” carece de significado y se convierte en la etiqueta de otro estado previo. Aunque lo llames asi, porque no conoces los estados anteriores, o porque estas desesperado por amar... en realidad no importa, son palabras mal usadas. Y el dueño de tus besos...no es quien dbeia compartir esas palabras contigo. Pero ahora mismo...sea el motivo que sea...no importa...Esas palabras resuenan en mi cabeza como un tambor.
Te quiero...AhhhHHhH! Grito al mundo que no me entiende, grito al cielo que solo me observa en la distancia, grito al aire que me ignora. Suspiro, y pienso en aquella chica a la que quise. Me late el corazon a ritmo de techno. La misma puta intensidad, como un alien, que quiere escapar de mi pecho. Un puto alien, eso es lo que siento. Un parasito que carcome mi interior, haciendome pensar: ¿donde coño la cagaste? En que calle giraste en la direccion equivocada para acabar con este sentimiento alojado en el pecho, entre mis costillas. "Y la mujer nacio de las costillas del hombre". Eva, el puto tumor de Adan. Eso es lo que tengo en el pecho.
Miro el reloj y pienso en las horas de aquel preciado presente que ahora tan solo son un doloroso recuerdo. Aquel presente ya acabado que aparece solo para atormentarme. Tic-tac, te-amo. Con cada baile vacilante de las manillas del reloj; resuenan las palabras que cruzaron el cartel de neon de mi corazon en aquellos instantes, como un letrero de la Once. Un puto ciego, eso era yo. Un ciego con la mano extendida. Mis labios no pronunciaron frecuentemente las palabras que cruzaron mi corazon cada instante que estaba contigo. Y ahora resuenan con cada uno de los tic-tacs del puto reloj. Cuantos tic-tac’s habra? Los suficientes para volverme loco. El tic-tac que volvio jodidamente loco al puto cuco.
Arcadas, entran en mi estomago, tan rapido como puñaladas en el corazon. Mis dedos escriben demasiado deprisa, borbotones de sentimientos vomitados sobre el teclado en el que talo palabaras sin despegar los dedos… Casda vexz se hace mass difuicil encontrear las palabvrsas. Ya no quiero escribir. ...Burenasd nopchjes.
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