The land of the lotus-eaters

A veces pienso que debi mantenerme virgen hasta los 40. Parece que una vez que pierdes la virginidad todo se va a la mierda. ¿Todas esas cosas que se suponen que no debieron pasar? Ocurrieron.Y ahora vivimos en el lugar donde reina la apatia, y el tiempo juega malas pasadas. Un dia estas durmiendo, y al siguiente, tu sueño se ha convertido en tu realidad.

Despertarse y que la persona de la que mas quieres saber, es la que menos quiere saber de ti. Eran los mejores tiempos...Si tan solo alguien me lo hubiera dicho. 

Supongo que por eso las historias acaban con finales felices. Acaban en el beso. Nunca tienes que ver toda la mierda que viene despues. Ya sabes, la vida. No es que crea que haya dos personas perfectas, destinadas el uno para el otro. No, no creo que sea eso. Creo que todo el mundo encuentra a un alguien especial que se le mete dentro y nunca se va. Como un hongo. Y quizas, solo quizas,  seamos mas o menos propensos a dejar que crezcan en nosotros, o simplemente no sabemos como eliminarlos del todo. 

Creo que lo que mas echo de menos es tu olor. Hace tiempo que no lavo las sabanas, porque no quiero perderte por completo. Lo peor es el despertar, creyendo que aun estas ahi. 

No se como llegamos aqui. Pero aqui estamos. Pudriendonos en la distancia y en el silencio. Aun hay cosas que necesito entender. Pero el tiempo sigue pasando. La distancia se agranda.

Las sabanas no guardaran su olor para siempre. 

Instrucciones para olvidar con Cortazar

Dicen que en algun momento de nuestras vidas somos regalados a un reloj. Debemos evitar que se rasguñe, darle cuerda...Tan intenso es el vinculo que se vuelve inseparable. Se abraza a nuestra muñeca, como hijo al padre, como amante, como amado. Dicen que nosotros le somos regalados. Meros cuidadores a estos guardianes del tiempo. Pero, eso es solo lo que dicen.

Ultimamente, sospecho que han evolucionado Ya no nos necesitan tanto como antes. Antes necesitaban que los dieramos cuerda a cada medio dia, ahora sus baterias de litio con meses o hasta años de autonomia nos han hecho semiprescindibles. Se mantienen agarrados con un abrazo traidor. Un abrazo reconfortante, tratando de convencernos de que somos necesarios. Como si no quisieran que supieramos lo poco que le hacemos falta. Ocultandonos la mentira. Solo somos un plan B.  Pero por eso, los mantenemos alejados en el precipicio de nuestras extremidades, por una cuestion obvia de desconfianza. Observandolos por encima del hombro, preparados para arrojar a esas frias maquinas traidoras, con un solo gesto de muñeca.

Al fin y al cabo, todos evolucionamos y nos deshacemos de todo aquello que no nos hace falta. Algun dia encontraremos la manera de volverlos prescindibles.  Pero como toda buen relacion de amor, de momento, aun no podemos vivir el uno sin el otro.