NEVER AS YOUNG AS TONIGHT


As Rant Casey once said, the future you have today is not the same you'll have tomorrow. So, for whatever tomorrow inspires me to write, I'll live today.

Here's
just an outlet of somesort where my keyboard can open up the world I see, for those who care to adventure in it.

An ongoing bilingual portfolio of somesort, seeking for guidance suggestions as well as publishing and publicity.


28/4/10

Sweet and Sour


Era luna llena. Hacia calor, y Jack estaba sólo, en calzoncillos, andando por la playa. Últimamente, el no poder dormir se habia vuelto una costmbre. Y por mucho que lo intentáse, no podía callar las voces de su cabeza. A Jack, le pitaban los oidos. Tragó saliva, pero fue tan útil como intentar dormir. Era como si su gato hubiera pisado el piano, y se hubiera decidido sentar sobre una de las notas mas agudas. Jack, se sentó en la arena y dibujó corazones en la arena con un palo, mientras esperaba a que se le pasara la agonía de su oído. La marea iba subiendo poco a poco, y la espuma de las olas ya rozaba la punta de los dedos de los pies. Jack, separó las piernas un poco y con el palo dibujó un corazon entre sus piernas. Una oleada de agua salada se arrastró hacia su entrpierna, devoró el dibujo y se fue. Jack volvio a dibujar un corazon, esta vez, trato de apretar con el palo, y hacer los trazos mas hondos. Las olas volvieron a acercarse, y al irse solo quedaba una ligera hendidura en la arena. Una sombra del corazon de Jack.
Suspiró, y trato de respirar el aire salado del mar. Nada. Tambien tenia la nariz tapada. Era inútil tratar de buscar algún moco que lo taponaba. La causa estaba muy adentro como para encontrarlo hurgando con la uña. Respiró mas fuerte. Nada. No entraba aire. Siguió respirando por la boca. Respirando aire insípido.
Jack, se cansó de dibujar corazones y tiró el palo, mar adentro. Miró al cielo. La luz caía exponencialmente. La luna ya no estaba. Las nubes, negras. El mar, negro. El aire, la arena, el puesto de salvamento...Todo desaparecia en la oscuridad que se deslizaba sobre él. La gran burbuja que rodeaba su cabeza, aturdiendo sus sentidos, se mezclaba lentamente con la oscuridad. Jack, no se veia ni a si mismo. No habia ruido. Ni siquiera los pitidos. Ni siquiera las voces. Solo un eco, sordo. Esta noche, Jack, no iba a dormir, pero las voces sí. Al menos las voces sí. Jack, sonrió. Sonrió, y desapareció con la oscuridad.

27/4/10

L.A




'Por qué?'
'Por qué, qué?'
'Por qué coño, seguimos viendo el mundo igual'
'Ya...'
'Prometimos no hacerlo! Ese era el plan, no?'
'Bueno, pues vamos con el plan B'
'Ese era el puto plan B!'

Un hombre de camisa y americana negra, pasea su vista por las estanterias y las faldas de una libreria. Cerca de la seccion de Antropologia, una falda de lirios hace que la expresion de la cara del hombre cambie. Ya no lleva el anillo que le regaló. La morena, es muy alta y adorna sus piernas con tacones altos. La señora que hace que el hombre sintiera tal desagarado, lleva un bolso de cuero al hombro. Y como muchas mujeres suelen hacer, lleva el bolso entreabierto y enlatado de una gran variedad de articulos. Sobresalen, periodicos, revistas, parte de su monedero y un patito de goma que tiene escrito en un lateral: REBECCA, con rotulador indeleble. El hombre levanta ligermente las cejas, y sonrie.
Coge un libro de la estanteria y se acerca a la señora por detras. Abre el libro y hace malamente como si lo leyera, mientras desliza la mano en el bolso de la mujer. Ella gira la cabeza y de ver al hombre tan cerca se aleja con un grito. El hombre aun tenia la mano en el bolso cuando ella se alejo, y del tiron, se ha vertido completamente el interior del bolso sobre el suelo de la libreria. Ella grita. El corre, sonriendo.
Las farolas se inclinan sobre las calles, parpadeando luz naranja, tras los pasos del hombre, que corre despavorido por la acera del Bulevard. Sus zapatos hacen sonidos huecos contra el cemento de Los Angeles, mientras el cielo se apaga lentamente, haciendo mayor contraste con las farolas que iluminan desde la altura. El hombre corre con su sonrisa reflejada en el espejo. Con su mirada escondida bajo sus gafas tintadas. Solo corre y sonrie.

El aire se llena de canticos de sirenas. Coches que suenan como gatos maullando en los callejones.Un coche blanco conduce lentamente por una calle sin farolas. Luces azules y rojas azotan las paredes de las calles, desvirgadas por grafiteros amateur. Firman con el caucho de sus ruedas, en el asfalto de Los Angeles. Tonalidades gris, justo donde se situa su moral.

Una chica rubia, mira directo al barril del cañon de una 9mm, desde detras del cajero. El chico que la sostiene lleva escondidas sus rastas con una bandana azul. Ella tiene un puñado de billetes en la mano y le empieza a temblar el labio inferior. No le quita los ojos de encima. El chico, le grita que deje el dinero sobre la cinta mecanica y que tire el arma. Ella, obedece y tira la escopeta que llevaba en la otra mano. Cae al suelo. Se oyen unas sirenas. Las luces y las sirenas inundan el supermercado. El chico coge los pañales que estaban en la cinta mecanica y sale de la tienda. La chica rubia, cae de rodillas, al lado del dependiente de la tienda que yacia muerto bajo la caja. Sus llantos se hacian mas fuertes. El charco de meado sobre el que se sentaba se hacia mas grande. Y se mezclaba con la sangre que provenia del dependiente. Un agujero de cartucho de escopeta, le mellaba el craneo. En la Ciudad de Los Angeles, veces los estereotipos se cumplen, otras no.

***

El hombre de la americana esta apoyado contra la pared, hiperventilando. Saca de su chaqueta un patito de goma. Un patito de goma amarillo. Se quita las gafas negras. El hombre contempla lo que tiene entre sus manos y se rie para si mismo, con su respiracion entrecortada. Se lo vuelve a guardar en el interior de la chaqueta. Sigue sonriendo.

Las sirenas que patrullan las calles, no solo son azules y rojas. EL olor a morfina cubre el de las alcantarillas. El olor a suero usado descansa en la canaleta de la acera mientras camillas azules esperan su proximo cliente. Esperando al siguiente que esta noche encontrara sus sueños en una cama con sabanas, pero no con la persona a la que ama. Otra niño mas, que tuvo sueños fugaces.

El chico de pantalones anchos camina por la acera de una calle sin farolas. Apaga el mp3 y se sube los pantalones; se cierra la chaqueta y se guarda la bandana azul. Mete los pañales bajo su brazo izquierdo y mete las manos en la chaqueta, acariciando su 9mm. Mantiene la cabeza agachada, pero la vista al frente. Oye unos cristales rotos en el callejon a su derecha. Sigue andando, mantiene la cabeza al frente pero comprueba con los ojos, que es solo un gato. Se tranquiliza un poco, pero su mano sigue apretando la empuñadura de la pistola, con fuerza.

***

El hombre de la americana entra por la puerta de su apartamento. Se quita la chaqueta, coge el patito de goma y tira la americana sobre el sofa. Entra en una habitacion pintada de azul, con peluches por el suelo y juguetes super enanos de plastico y de colorines. Camina evitando pisar los obstaculos hasta el baño a escala que hay, atravesando la puerta que hay al fondo de la habitacion azul. Deja el patito de goma, sobre el bordillo de la bañera. Lo gira para que la parte en la que se lee: REBECCA este puesto hacia la entrada del baño. Sale y se sienta en el borde de la cama. Bajo las letras de REBECCA que estan pintadas sobre el cabecero de la cama, una niña duerme placidamente. Le acaricia la mejilla y le cubre con las sabanas mientras ella sigue durmiendo abrazada a un oso enorme. Le da un beso en la mejilla. Ella gruñe, en sueños. Mañana despertara, para encontrar su juguete favorito en el baño. Él lo sabe, y sonrie. Quizas asi, crecer sin una madre sea mas facil. Aunque solo sea por un instante. Aunque solo sea, lo que dure un baño con burbujas, y el patito de goma, que tanto le hacia sonreir cuando todos vivian juntos.


Las sirenas suenan distinto. Los colores no son los mismos. EL caucho se quema contra el asfalto, y el olor no es el mismo. Huele a papel quemado, a ecombros. Huele a edificios caidos, a humo negro. Huele a sueños evaporados. A sueños carcinados en las prisas. Huele a sueños esfumados por no vivir el ahora. Sueños que nunca llegaron a ser, porque ardieron por el camino. Sueños que ardieron, por confiar en el futuro. La manguera ya no funciona. Esta atascada en las decisiones de cada instante. Atascada en como queremos ver el mundo. Atascada, porque seguimos ofuscados en ver las cosas igual. Como si no vieramos que cambiamos. Como si no vieramos que a cada instante que pasa somos distintos. Como un fuego que crece. Se hace mas grande o mas pequño, pero seguimos siendo un fuego que puede extinguirse en cualquier instante.


El chico echa los cerrojos a la puerta del apartamento. Entra en su habitacion y esconde su pistola bajo la almohada. Se quita la chaqueta y coge los pañales. Entra en la habitacion de al lado. En la cama, una señora se da la vuelta y sonrie. El, la da un beso en la mejilla y la destapa y la coge en brazos. Camina hasta el baño con ella en brazos y la sienta en el retrete. Ella le da las gracias, y el sale del baño. En la cocina, saca del armario cinco botes, y se echa en la mano un puñado de pastillas. Contando cuidadosamente, cuantas hay de cada color. Las mismas que todas las noches, las mismas que tendra que sacar mañana. Guarda los botes y lleva el puñado de pastillas al baño con un vaso de agua. La señora, esta cabizbaja, somnolienta. El chico le da las pastillas y la ayuda con el vaso de agua. Deja el vaso sobre el lavamanos. Abre el paquete de pañales. Se acerca a la señora y le coge de las manos para ponerla sobre su propia espalda. Agarra delicadamente el pañal, despegandolo con cuidado de la piel arrugada de la señora y aguanta la respiracion. Todas las noches, y aun no se habia acostumbrado al olor acido de la orina. Coge un pañal limpio y se lo coloco. Ella sonrie, y le da las gracias en un murmullo adormecido. El chico la viste y le lleva en brazos otra vez a su cama. Arropa a aquella señora que aun sonrie ligeramente a pesar de estar dormida.
'Buenas noches, mama'

26/4/10

Desaparecer


'Supongo que los sueños son lo mas importante. Estando dormidos e indefensos, no podemos controlar lo que "vivimos". Nos manipulamos a nosotros mismos.'

'Que quieres decir, Doctor?' dijo Vincent

'Corremos a la velocidad de la luz, sobre el agua y acabar corriendo por el espacio. Viendo como galaxias, y nebulosas pasan como los faros de los coches que te pasan en la autopista. Estamos abrazados por aquella chica con la que soñamos hasta de dia. Besarla y hacerla el amor, sobre un yate, bajo el sol Mediterraneo. Estar trabajando de medico, astronauta o bombero. Ves por donde voy?'

'Si, pero no todos los sueños son buenos'

'Cierto. Nos ahogamos en la zona infantil de las piscinas, donde solo te cubre por las rodillas. Pataleamos y tratamos de levantar la cabeza, pero seguimos sin poder respirar. Te caes de una silla y te ves proyectado hasta el abismo mas profundo, rodeandote de oscuridad, mientras alguien a tu espalda, te clava algo metalico, y puntiagudo. Vemos tras una pared de cristal, como el amor de tu vida se acurruca junto a su novio. A pesar de estar tras un vidrio antibalas de 3 centimetros de grosor, oyes como le susurra: 'Te quiero' A esto me refiero. Somos martires. Nuestros sueños, solo son falsas ilusiones.'

'Ya...Pero por que me dices esto?'

Porque luego te despiertas, y, quizas te acuerdes, quizas no. Pero a pesar de saber que fue un sueño, lo has vivido, de una manera u otra. Como un videojuego.
Cuando coges una pistola por primera vez, aprietas el gatillo. El peso es distinto, tiene seguro, solo tiene nueve balas. Pero la punteria que tienes de tantas horas apretando el gatillo, contra dinosaurios y zombies con una pistola de SEGA, disparando a una pantalla vacia. Eso si lo tienes. Como en el amor.

'Como que como en el amor?'

'Si, sueñas con ella. Con ella, este o no a tu lado. Te despiertas creyendo que esta , y no. Sueñas, con las plabras que quieres que te diga, y despiertas creyendo que algun dia te las dira. Pero ese dia nunca llega. Sueñas, creyendote las palabras que sí te dice, y despiertas creyendo esa supuesta sinceridad. Hasta que cambia de opinion, o de palabras. Hasta que decide que las palabras que te dijo ya no valen. Sueñas, meramente eso, y despiertas creyendote el sueño.

'Entiendo. Entonces...que hago, Doctor?'

'No sueñes.'

'Pero..tengo que soñar, Doctor'

'Por...que...dirias algo asi? No has entendido nada de lo que te he dicho?'

Si, entiendo lo que me dices. Pero aunque la realidad sea distinto a nuestros sueños. No deberias rendirte. No te rindas, Doctor.'

'Por que?'

'Porque si te quiere, te perdonara.'

'...De veras crees eso?'

'Tengo que hacerlo. Porque si no, nada tendria sentido. No hay vida, sin amor. Al menos, ninguna que valga la pena tener.'

'Pero...tienes insomnio'

'Lo se, Doctor, lo se. Por eso he venido a ti'

'Pero ahora no tienes sueños.

'Ya, y quiero que eso cambie'

'Por que? Joder, Si que estas enfermo. Por que coño quieres crearte falsas ilusiones.'

'Pues porque son sueños! Y eso es motivo suficiente!'

'Los sueños, es el motivo por el que no puedes dormir! Por que coño querrias volver a soñar?!'

'Doctor, hay cosas que no entiende. El dolor es otra parte mas de vivir. Debes aceptarlo y no rendirte.'

'Vincent. Me meti a medico precisamente por eso. Quiero poder poner remedio al dolor. Y creo que solo tengo un remedio para ti.'

[¡¡¡Bang!!!]

'Dulces sueños, Vincent!'

23/4/10

Paris


Paris. En blanco y negro. Una neblina gris cubre espesamente la ciudad. Estoy solo. Fruño los ojos intentando ver la avenida. Solo veo las sombras de lo que parecen escombros, paredes derruidas. Cemento hecho pedazos. Las lagrimas lo hacen incluso mas dificil de ver. Deambulo calle abajo, tratando de evitar los alambres que sobresalen del cemento. De las vigas rotas que plagan la calle. 'Donde estoy?' De los cristales rotos que hacen de calzada. 'No reconozco esta ciudad.' Deambulo calle abajo. 'Donde estoy?' De cada farola parisina, cuelga un cadaver. Un señor cabizbajo, con traje negro. Uno en cada farola a lo largo de la avenida. Todos con un cartel. Con una pista sobre donde se haya un fragmento mas de mi corazon. Una pista sobre donde esta mi querida Angelica. Aprieto los ojos, intentando leer, las palabras escritas con sangre. Meras manchas rojas. Quiero seguir las pistas.

Solo hay un problema.

Tampoco encuentro mis gafas

21/4/10

Vacio


Quiero comerme mis testiculos. Quiero sentir como aplasto la tierna carne que siempre he tocado y nunca visto. Quiero sentir mis caninos clavarse poco a poco, aumentando la presion. Haciendolos explotar! Como estalla lleno de semen y sangre entre mis dientes. Quiero masticarlo. Masticarlo hasta que mis terminaciones nerviosas no sientan dolor. No sientan nada en absoluto. Hasta que los trozos que queden sean un collage. Un collage de pure de carne blanca y venas azules. Hasta que castre los impulsos de coraje, que una vez me movian.
Quiero ver como mi boca cubierta de sangre coagulada, se traga los pedazos masticados. Hasta que no soprte mi reflejo en el espejo. Bajo una luz tenue. Hasta que no soporte mi debil reflejo.
Quiero vomitar hacia dentro. Vomitar por dentro. Mover toda el acido de mi estomago que digiere lenta y confusamente los pedazos rumiados por mis dientes. Mover todo ese coagulo de liquido espeso fuera de mi estomago.
Quiero recubrir mis intestinos con esa disolucion, corroyendolos. Hasta que los corroa dejandome inmovil.
Quiero rociar mis pulmones con ello, pudriendolos lentamente. Hasta que no pueda respirar aire limpio. hasta que no pueda oler el perfume que aun hay en mis sabanas.
Quiero recubrir mi corazon con ello. Echarlo encima con una espatula y cementarlo completamente. Encerrar mi corazon al vacio, con el olor agrio del acido bilico degradando carne podrida con la textura de sangre seca coagulada. Hasta que el acido disuelva por completo mi corazon. Hasta que no quede ni su esencia. Solo vacio.
Quiero degradar cada organo en mi cuerpo hasta ser una carcasa vacia. Sin sentimientos. Sin corazon. Quiero comerme mis testiculos. Limpiarme la boca con tus sabanas perfumadas. Y tirarlas, junto con tu recuerdo, para siempre

19/4/10

Rumbo a ninguna parte


Debora colgo el recibidor del telefono sobre la mesa, al lado de un billete de avion. Un billete de vuelta. Se apoyo sobre el marco de la ventana observando las calles de Nueva York. Se encendio un cigarro y lo sostuvo delicadamente entre el carmin de sus labios. Seria el ultimo pitillo que fumase en esa ciudad.
Una vez oi, que la vida era como un tunel oscuro. Que aunque no sepas donde estes, si te sigues moviendo, tarde o temprano llegarias a un lugar mejor.
Debora se salio por las enormes puertas de cristal y se sento sobre los peldaños de piedra, dandole la espalda a la entrada. Tenia las manos entumecidas, le tiritaban los dedos y el aire frio le helaban los mofletes. Delante de las escaleras de granito se extendia una llanura, llena de arboles desperdigados hasta el horizonte. Arboles sin hojas. Ramas muertas colgadas, abrasadas por el aire. Un campo de cerillas quemadas clavadas en el suelo. Entre donde estaba sentada y la hierba carcomida por la tierra levantada, solo hay una calle.

Una misera calle con gente yendo de un lado para otro, en un sentido para otro. Algunos corren histericos, otros andan apaciguadamente, otros van dando vueltas sobre si mismas y otros lloran descontrolados gateando sobre el suelo, arrastrando su alma con una cadena. Desde lo alto, solo estaba ella, contemplando sus caras, meros borrones. Veia sus caras como si estuviera sentada en la ultima fila de las gradas de un estadio. Los jugadores se mueven demasiado rapido y su miopia no le ayuda.
Respiró hondo y miró hacia la derecha. A unos doscientos metros, la calzada de ladrillos rojos acababa en una nube gris enorme que cubria el ancho del horizonte y lo alto del cielo. Hacia la izquierda la calzada acababa igual. Miles de personas desapareciendo en la humareda, en la neblina que cubria sus ojos. Se adentraban en la bruma y seguian su camino, ciegos, como patitos sin madre; humanos, sin guia.
En lo alto de las escaleras, se hurgas en el bolsillo y saca el movil. 'Quizas alguien sepa donde ir'. Marco varias combinaciones de numeros. Nada. Giró la cabeza hacia las puertas de cristal. Pegado con celo en una de las puertas habia un cartel: Sin cobertura de red. Se lo vuelve a guardar y siente algo mullido y abultado. Su cartera. 'Quizas tenga suficiente para salir de aqui'.
Debora gritó a boca abierta a las personas que pasaban por la calle principal. Ninguno miraba hacia las escaleras. Ninguno se paraba. Nadie la escuchaba. Por la calle paseaba un hombre con un traje rojo chillon. Sombrero rojo, pantalon, rojo, chaqueta roja, corbata roja. Andaba lentamente con un baston negro. Apoyando primero el baston, antes de mover las piernas. Debora, bajó corriendo las escaleras hasta la calle y tratando de agarrar al hombre de rojo, evitando chocarse contra cuerpos sin conciencia que corrian por ahi. Le agarro del hombro y le agito violentamente. Volvio a gritar, justo detras del hombre.'Disculpa. Disculpa!' El rostro emborronado no se giró. No le miraba. No se paraba. Nadie la escuchaba. Nadie la ayudaba. Nadie podia. Debora regreso a las escaleras tratando de evitar a personas que corrian agitando todas sus extremidades camino de un lado u otro y se sento.

Alli estaba ella, acurrucada en las escaleras de piedra, cartera en mano. El estar en manga corta dejaba que las rafagas de viento le abrasasen la piel. Un latigo de aire le golpeo los dedos haciendo que flexionara los tendones. La cartera cayo y se abrio. Sobre el peldaño de abajo quedaron esparcidos pequeños retratos. Como recuerdos escupidos sobre el suelo. Lagrimas llovidas sobre la piedra, marcando con un tono mas oscuro el gris del granito. Debora se agacho y extendio el brazo para recoger solo recuerdos. Alargo la mano para volver a guardar las pobres decisiones, las malas palabras, las elecciones erroneas que le llevaron a esas escaleras. Alli estaba repasando fotograma a fotograma las pequeñas esquinas sobre las que habia doblado para toparse con ese limbo personal que le torturaba. Agazapada en las escaleras, sostuvo en sus manos una vasta coleccion de recortes, imagenes, frases, momentos, instantes y detalles mientras sus lagrimas se unian brevemente con la coleccion entre sus dedos.

Volvio a guardarlo todo en la cartera. Abrio uno de los pliegues de piel de la cartera. Y sonrio. Una foto. Un beso. Un beso, plasmado en una foto. Un beso que duraria lo que durase el papel de la imagen. Ella y un chico rubio en Florencia. El mismo chico que estaba al otro lado del telefono aquella tarde en Nueva York. Aquella llamada que quiso continuar en persona. Cada noche, antes de dormir, cada mañana en clase. En cartas cada mes, en besos cada dia y sueños cada noche; en amor entre las sabanas de su cama. La llamada solo duro unos cuantos meses mas, y aunque ahora no supiera que rumbo tomar. La sonrisa y los recuerdos no habrian sido los mismos, si hubiera colgado el telefono. Su sonrisa no seria la misma si no ahora mismo no se encontrase en aquellos peldaños, recordando los vaivenes del amor. Sintiendo la pura esencia de la vida.

15/4/10

Remember me in your dreams



A Tania la conoci con Tequila. Estabamos en el parque de siempre, rodeado por farolas rotas y botellas abandonadas de la fiesta de la noche anterior. Estaba sentada, acurracada sobre si misma. Tenia las manos entrelazadas por encima de sus piernas tratando de refugiarse del viento que empujaba el olor a vino tinto rebajado con coca-cola por debajo de su falda y entre sus medias. Junto las piernas, mientras la piel de sus brazos se volvieron como la piel de los muslos de pollo que compraba mi madre de pequeño. Eche mi brazo sobre ella y la acerque a mi. Su cuerpo no se movio ni un centimetro. Estaba rigida como una lapida. Me quite la chaqueta y nos la puse como manta, dejando unicamente su cabeza visible. Sus dientes seguian chocando unos contra otros, mientras me miraba el fondo del parque. Saque un brazo desde debajo de la manta y le cogi la barbilla, para girar su cara frente a la mia. Me miro a los ojos fijamente pero sus labios seguian temblando. Me acerque a ella y la bese. Aparte mi boca ligeramente de la suya y la mire a los ojos. 'Sigues teniendo frio?' dije yo. 'No' dijo ella, sonriendo. 'Gracias' y me devolvio el beso.
Nuestros labios hicieron desaparecer el frio del aire, el frio que invadi nuestros corazones. Habia sido un dia muy largo, y el funeral de Sara no habia ayudado mucho. Solo queriamos estar donde siempre habiamos estado. Pasar nuestra ultima noche juntos donde habiamos crecido. Con los recuerdos que nos habian unido tanto. A la mañana nuestro futuro seria distinto de lo que ambos imaginamos juntos. Nuestras vidas se irian distanciando poco a poco. A medida que pasase el tiempo. Sara ya no estaba, y ahora ella tambien se iba. Quizas la volveria a ver, algun dia. Pero ambos sabiamos que no. La enfermedad que le atromentaba le alcanzaria antes de que nuestra mirada volviera a existir. Nuestros labios decian nuestro ultimo adios. Y en silencio, rezaba silenciosamente porque la saliva de su lengua me envenenase a mi tambien.

9/4/10

All for one, one for all (PART 2)


Kurt entro en el bar, con Jack pegado a sus talones. Siguio avanzando por el medio de la pista. Habia grupos de personas que rodeaban la pista, todos apoyados contra la pared, o la barra. Un par de chicas hacian una breve pausa antes de atragantarse con el alcohol de chupitos de melocoton con bacardi y miraron el jersey a rayas de Kurt, un segundo antes de continuar con su absurdo juego. Me pregunto de que color sera su ropa interior. Sonrei. Kurt tambien lo vio, y sonrio, timidamente. Kurt empezo a moverse en el sitio poco a poco. Cerro los ojos. Comenzo a contornearse ritmicamente de un lado a otro. Jack sonrio, y levanto las manos lentamente al ritmo que bailaba. Jack se quito el jersey a rayas y giro en el sitio en mitad de la pista. Las luces danzaban contra las paredes de madera, y sobre los musculos marcados que dejaba ver su camiseta sin mangas. Jack, giro de nuevo y lanzo el jersey a rayas a una esquina. Cayo sobre la maquina de dardos que llevaba estropeada desde la ultima pelea que tuvimos alli. Kurt ya se habia sentado en un pouff en la esquina con el jersey. Estaba inclinado sobre su vaso de ron con cola, moviendo los hielos con un palillo, mirando bajo su flequillo despeinado como Jack se movia. Como Jack se movia, y el no.

Jack, siempre nos decia que teniamos que sentir el mundo. Vernos en el espejo de otros. Empatizar con cada sonido que escuchamos, con cada persona que vemos. Con el autobusero que sigue el mismo recorrido todos los dias, con el pajaro que caga desde las alturas, o el ciego vendiendo loteria que no ve como le caga el pajaro encima. Ponernos en el puto lugar de otros y vivir otra vida, por un instante. Cuando Jack bailaba, sentia la musica. Cada nota le recorria el cuerpo, haciendo que se moviera de una manera u otra. Solo Jack se movia asi. Pero él, solo empatizaba con lo que le produjera placer. Era ese tipo de tio. Pero no todos los placeres eran suyos. Jack lo sabia, pero sabia compartir.

Recuerdo hace unos años, cuando una rubia se acerco a Jack una noche. Tendriamos unos, quince...dieciseis. La rubia...la llamabamos la rubia porque despues de esa noche ninguno nos acordamos de su nombre. La rubia, no tendria mas de catorce, pero por las dimensiones de sus pechos...podria ser mayor de edad, conejita playboy y todo lo que tu quisieras. Joder, por un momento pense que podria hasta calcular la fuerza gravitacional que tenian esas dos...preciosidades. Kurt estaba en la esquina, como de costumbre, bailando estaticamente sus dedos contra el vaso de su bebida, evitando todo contacto visual con cualquier chica que le mirase o insinuase. Jack ya habia empezado a darle vueltas a la rubia, que ahora parecia una preciosa peonza dorada. Una preciosa peonza dorada que danzaba para el, botando en el sitio, chocandose unas contra otras, sintiendo sus carnes deslizarse por la pelicula de sudor que les hacia brillar. Creo recordar que tenia un colgante, que nunca llegue a ver. Me pase los quince minutos que tardo Jack en llevarsela al baño tratando de imaginar que habria al final de las dos cuerdas que se escondian entre semejante escote. Mientras Kurt, disimulaba llamadas telefonicas y conversaciones con risas falsas, desde la barra; Jack, le habia cogido firmemente el culo y cerro los ojos.
Eramos muy pequeños por aquel entonces, y cuando besabamos ni nos molestabamos en cerrar la boca. La lengua de la rubia aleteaba contra la mia apasionadamente mientras me apretaba cada vez mas contra la puerta del urinario que tenia detras. 'Mmmm...Me gusta como besas Leo' dijo ella mientras me desabrochaba el pantalon. 'Eres tan bueno en todo?' dijo mirandome a los ojos. 'Descubrelo por ti misma' dije yo acercandola sin separar mis manos de su falda. Con el mismo gesto de acercarla, la rubia aprovecho para deslizar sus manos heladas por la copa de vodka que llevaba toda la noche sujetando, por debajo de mi calzoncillo. 'Mmmm...que calentito estas' dijo sonriendo picaronamente.

'Leo!' grito una chica de la barra, por encima de la musica. 'Leo!' Una chica rubia vino corriendo hacia Jack, con una camiseta tres tallas mas pequeñas de las que necesitaba su pecho. Eran como dos bolos. Bueno, quizas no tan grandes, pero igual de redondas y perfectas para jugar. Parecian tener las marcas pintadas donde introducir los dedos y estrujar. 'Te acuerdas de mi?' dijo la rubia sonriente. Jack, seguia bailando en el sitio, mirandola a los ojos. Completamente callado. 'Dile algo' dije yo desde la barra.
'Hmmm...'gruño Jack, mientras la seguia ojeando. Habia visto pasar tantas chicas, que pasaria un rato hasta que se acordase de ella.
'Jack, di que si coño!' dije yo apoyado sobre la barra debajo de la cual estaba Kurt, observando a la rubia.
'No...no me acuerdo' dijo Jack, aun bailando. A la rubia se le quito la sonrisa. 'Y te acuerdas de esto?' paso una mano alrededor de su cuello, le acerco y le beso, estrujando sus pechos contra el de Jack, manteniendo un margen de distancia. Jack, habia dejado de bailar. 'Creo que me voy acordando un poco' dijo Jack. 'Como decias que te llamabas?'
'Andrea, leches. Anda que...' dijo volviendo a sonreir. 'Mira, te presento a una amiga' dijo haciendole gestos a la morena que habia estado contemplando toda la escena. 'Esta es Julia'
Jack, dio un paso hacia ella, y acerco su boca a su oido. 'Tienes hora, Julia?' 'No' dijo ella 'Pues ya es hora de que nos conozcamos' dijo Jack, sonriendo. Julia sonrio bajo las luces de colores que disimulaban su sonrojo y le golpeo juguetonamente el brazo. 'Pidenos algo anda' dijo Andrea mientras agrraba a Julia y le llevaba hacia la parte de la barra al otro lado del bar. Justo enfrente de donde yo estaba apoyado. Jack, se acerco a la camarera 'Tres whisky con hielo, cuando puedas, por favor' Jack bebio su copa de un solo trago, dejo el vaso sobre la barra y regreso con Andrea y con Julia.

Kurt se habia quedado dormido frente a la maquina de dardos. Habia apoyado la cabeza sobre el jersey y babeaba sobre su propio hombro. Intente darle un par de patadas para despertarle pero, no funciono. Cuando Kurt dormia, dormia muy profundamente. Joder, me daba un poco de mala espina, que se durmiera el gilipollas este. Eso significaria que yo tenia que estar mas atento. la ultima vez que Kurt se durmio...Mierda, no recuerdo muy bien esa noche. Solo me acuerdo de habernos despertado a la mañana siguiente con una cinta de blanca en la muñeca, con el nombre de Leo Henricksen. Numero de Historia: 364419. Hospital del Mar.

'Oye, Leo' dijo Andrea, dejando su copa vacia sobre la barra. 'Julia y yo vamos a ir a refrescarnos al baño. Vienes en un minutito a hacernos compañia?' Julia, tenia la cabeza agachada y estaba completamente ruborizada. Andrea le guiño el ojo a Jack y se dirigio al baño, sujetando del brazo a Julia que iba caminando en zig-zag con la copa sin acabar en la mano. Jack sonrio, y se encendio un cigarrillo. Tomo una calada y dejo el cigarrillo sobre la barra, sin apagarla. Cogio unas servilletas, se las metio en el bolsillo y bajo las escaleras que se alejaban de la pista de baile y la barra. Jack entro en el baño de hombres. Se escuchaban risas y cuchicheos provenientes del baño de las mujeres. Se miro en el espejo, se peino con la mano y me devolvio la sonrisa.Jack, salio del baño de hombres para entrar por la puerta de al lado. En la puerta ponia, aseo de señoritas. Pero, en realidad era el paraiso.

Jack salio del baño subiendose la bragueta y una sonrisa de oreja a oreja. Subio por las escaleras y paso por la barra donde habia estado antes. Solo quedaba la colilla y un monton de ceniza con forma de cigarrillo. Jack giro la cabeza para ver a Andrea y a Julia salir por la puerta del bar. Andrea sonriendo. 'Hasta pronto, Leo!' grito Andrea. Jack se acerco a la camarera de la barra 'Me deja un boligrafo por favor?'dijo Jack por encima de la musica.
'El que?' dijo la camarera. 'Un boligrafo...para escribir' dijo Jack. La camarera asintio. Y desaparecio al final de la barra. Habiamos venido varias veces a este bar, pero nunca me habia parado a darme cuenta de lo guapa que era la camarera. No se la veia de cuerpo entero, pero la mitad que si se veia era muy, pero que muy decente.
La camarera vino con su boligrafo y un bloc de notas que dejo sobre la barra. Jack, saco su libreta del bolsillo trasero de los vaqueros y apunto en un cuaderno pequeño, negro el nombre de Julia y a Andrea al lado de los numeros 78 y 79. Guardo el cuaderno y miro detenidamente a la camarera. Cogio el bloc de notas que le habia dejado la camarera sobre la barra y escribio. "Cual es tu numero de telefono?. P.D: Puedes quedarte con el boligrafo". La camarera se acerco y recogio el bloc, y lo leyo delante de Jack. Cogio el boligrafo y escribio en letras grandes. "NO TENGO." Jack, la miro a los ojos y se apoyo en la barra. Volvio a coger el boligrafo. "Algo tendras, no?" La camarera seguia sin sonreir. "NO". Jack, cogio por ultima vez el boligrafo. "Bueno, pues otra noche sera." La camarera comenzo a dibujar dos circulos. No consegui adivinar que cara intentaba dibujar, pero Jack, queria hacer numero pares esta noche. 'Cero cero? Que eres agente secreto o que?' dijo Jack sin haberse movido de la barra. La camarera le miro perplejo. 'Que bien hablas español, no?' dijo la camarera
'Te he escrito en español tambien...'dijo Jack, sonriendo. 'Ya, ya...pero como eres tan rubio...' dijo ella. 'Eres de aqui?'
'No, soy de Nueva York, pero vivo aqui desde hace tiempo.' dijo Jack, guiñandola un ojo. 'Vives por aqui cerca?' dijo ella. 'No, tu?' dijo Jack, esperando una respuesta que el ya estaba adivinando. 'Vivo en el edificio de enfrente' dijo ella agachando la cabeza un poco. 'Como te llamas?' dijo Jack, sonriendo aun mas y sin levantarse de la barra. 'Iris' dijo ella. 'Pues, Iris, te gustaria enseñarme donde vives?' Iris sonrio. 'Salgo a las 4' dijo ella. Y se fue.

Jack regreso al lado de la barra donde estabamos Kurt y yo. Jack, se apoyo en la pared al lado de Kurt y se encendi un cigarrillo. 'Quien coño ha sido?!' grito un hombre entrando por la puerta de un portazo. Jack, le miro y siguio fumando su cigarro. El hombre parecia un orangutan de lo peludo que era. tenia hasta parches de pelo en los hombros. Un hombre lobo con alopecia. Kurt se aplasto contra la maquina de dardos. 'Quien es Leo?' grito el hombre que acababa de entrar por la puerta. 'Bill, calmate. llevatelo fuera.' dijo uno de los hombre que acompañaban al orangutan. 'Quien pregunta por él?' dijo Jack con el cigarrillo en la boca.
'Ha violado a mi novia!' grito Bill, con la cara completamente roja. 'Bill calla, sacalo fuera y nos encargamos nosotros' dijo uno de los amigos de Bill.
'Siento que hayas tenido que comerte mis babas y ...otras cosas' dijo Jack sonriendo 'Le di una servilleta para que se limpiara cuando acabo'. Tomo otra calada. Bill estaba gritando sin sentido tratando de acercarse a Jack, pero uno de los hombres con los que iba se lo impedia. El amigo de Bill se acerco lentamente, y agarro a Jack por la camiseta. 'Sal fuera. Ya!' susurro el amigo de Bill. Jack mordio el cigarrillo y cerro los ojos. Nuestra madre nos metio en clases de artes marciales cuando teniamos seis años. Asi que ni Kurt ni yo nos sorprendimos cuando Jack le mando volando al otro lado de la barra con un simple gesto de los brazos. 'Quieres pelear?' dijo Jack, mirando a Bill. Se llevo el cigarrillo a la boca tomo una fuerte calada a la colilla, sin quitarle los ojos de encima 'No tienes cojones, ni fuerza, ni gente suficiente. Es mas...' Jack cogio el cigarrillo de sus labios, y la empotro contra la palma abierta de su otra mano. Soplo fuertemente todo el humo que yacia entre sus mofletes contra la cara de Bill, formando un anillo alrededor de su cabeza. El halo de humo que le rodeaba hacia que frunciera la expresion de la cara. 'Hasta te ayudo a pegarme' dijo Jack separandose de la pared con la pierna apoyada. 'Venga, hasta me hago daño, y todo.' Cogio una botella de la barra y se golpeo el pecho con ella repetidas veces. Bill dio unos pasos hacia atras con los brazos abiertos llevandose sus amigos con él, hacia el fondo del bar. Jack siguio golpeandose, avanzando hacia Bill. 'Que pasa, nenaza?!' dijo Jack con los ojos, completamente abiertos e inyectados de sangre. La botella estallo, derramando el culin del tercio que quedaba. 'Te seguiria ayudando...pero creo que te estoy dando demasiada ventaja, no crees?' dijo Jack. tiro el cuello de botella rota contra la pred de madera. Pedazos de cristal volaron en todas direcciones haciendo que unas cuantas chicas agacharan la cabeza. Su pecho goteaba. Nada de sangre, solo espuma de cerveza.

Me limpie la cara con una servilleta de la barra y me acerque a Kurt. Le di una patada en la pierna. 'Despierta, coño!' dije recogiendo el jersey. 'Vamos' y me puse el jersey. Sali del bar con Jack y Kurt a mi espalda. Fui hasta el final de la calle y doble la esquina. Entre en un callejon oscuro. Apoye la espalda contra la pared y trate de sentir el frio de la piedra contra mi espalda y mi nuca. Cerre los ojos. Jack y Kurt no estaban. Suspire fuertemente apretando la cabeza contra la pared y mire al cielo. Por mucho que intentase olvidarla..no podia quitarmela de la cabeza. Mire la luna. Luna llena. A ella siempre le gustaba la luna llena. 'Donde coño estas Cas?'

5/4/10

Casa de Terror




Subo los peldaños de granito tallado hasta el portico ensombrecido. Detras de las astillas de los agujeros de la puerta descolorida se dislumbra el negro azabache del interior. Abro la puerta. No hay nadie. Los cristales de las bombillas desfragmentadas permanecen incrustadas en la cera derretida empalmada en la superficie del escritoirio de tres patas. La pila de libros que lo sostiene es una coleccion completa de novelistas del siglo XX de la A a la Z.
Una rafaga de viento sopla por el marco de la ventana sin ventana, arrancando legiones de variadas particulas de polvo de las paredes de piedra desgastada y del suelo olvidado. El aire remueve la casa como un suspiro de un organo sin aliento.

En la habitacion principal solo se aloja una cama doble, polvorienta y a sus pies un sillon. Ambos tapados con sabanas blancas. Un sillon desde donde antes un chico podia apreciar la silueta de su mujer que se estiraba bajo el marco de la puerta, luciendo un vestido negro de saten. Incluso el cabecero de la cama habia olvidado las ritmicas canciones que tocaban aquellos dos, entre las sabanas. Las noches en las que ambos dejaban las ventanas abiertas para escuchar los truenos de la tormenta mientras se acurrucaban bajo el edredon. Haciendo el amor bajo la brisa.

A la derecha la cocina. Los azulejos desgastados ya no recuerdan las manos menudas que amasaban las masas de pizza con su padre sobre ellas. Sintiendo la harina pegada entre los dedos. Sonriendo cuando sonaba el timbre del horno. Llorando cuando aquel padre se fue. No recuerda las lagrimas.

Salgo por la puerta que da al porche de atras, escuchando los chillidos atormentados de las visagras. El jardin ya no recuerda las formas de las nubes que un chico y una chica trataban de divisar, una tarde de un verano que parecia durar para siempre. De camino a la salida, miro hacia el escritorio de la esquina. Las plumas que no recuerdan las ultimas palabras que escribi. Las palabras que ya no recuerda nadie.

Recorro el pasillo habitado por cuadros sin rostro, recuerdos desvanecidos. Cierro la puerta y miro hacia atras. Ya nada queda. Ni siquiera mi recuerdo. El cartel de se vende sigue en la hierba, pero el valor de mi vida no figura en el precio

All for one, one for all (PART 1)


'Kurt' dijo Jack 'Tengo hambre'
'Tu tambien? dijo Kurt, bajando la vista de las nubes que pasaban sobre el valle. Jack, se levanto del arbol que les habia estado haciendo sombra. Kurt levanto la mano en busca de apoyo para levantarse. Jack se giro para darle la espalda y se dirigio colina abajo. 'Volvamos ya' dijo Jack. Kurt se levanto torpemente y corrio hacia los arbustos, tras los pasos de Jack. Indeferente a donde se dirigian, les segui. Yo tambien tenia hambre.
El sol pegaba fuerte y atravesabamos la flora del monte lo mas veloz que podiamos. A cada hora que pasabamos con la nuca a la intemperie, nuestro estomago rugia mas.

Atravesamos la ladera del valle hasta llegar a la depresion que unia dos montes. Con mediada precision, nuestro campamento estaba explayado entre un brote de arboles que marcaban la mitad de la llanura. Una llanura que permanecia arropada por la sombra permanente que arrojaban los montes a todas horas sobre nuestras tiendas de campaña. Pasamos los primeros arboles y podiamos escuchar el agua turbulenta que corria entre ambos montes a unos cientos de metros de nuestro campamento.
'Avisamos a los demas?' dijo Kurt.
'Esta bien, pero date prisa. Tengo hambre
Pasamos por nuestra tienda y Kurt pego un grito a Max que estaba atando la mochila con la comida a lo alto de una rama de un arbol. Cuando eramos pequeños, nuestros padres nos llevaban de acampada con los Exploradores del vecindario. No hicimos meritos, ni ganamos broches, ni nada. Pero aprendimos lo basico. A cazar, a hacer fuego y un par de lecciones mas en base a la experiencia.
La noche que dormimos en un saco de dormir y nos despertaron los gritos de uno de los Guias del bosque, aprendimos el por que Max hacia lo que estaba haciendo ahora. Un guia habia usado su mochila como almohada, y no habia caido en la cuenta del taper que le habia guardado su mujer con carne cruda para hacer la ultima noche que durmieramos en el bosque. Por muy bien que estuviera cerrado el taper, el guia no sobrevivio hasta la ultima noche. Los osos huelen a traves del plastico hermetico. Y si no son capaces de abrir el tapar, abriran tu caja toracica. Nuestra cubierta de piel exfoliado con lufa e hidratado con cremas de aloe vera, es mucho mas facil de abrir que una lata o un taper de aluminio.
Max, termino de atar la cuerda y desparecio en su tienda de campaña. Jack, salio de nuestra tienda con un bate de beisbol rojo y una sonrisa de oreja a oreja.
'Vamos a cazar' dijo echandose el bate hacia el hombro.

Max y Andrew estaban sentados en la orila de enfrente sobre sillas plegables, con sus cañas de pescar clavadas en el suelo. Parecian gemelos, descamisados. Ambos llevaban pantalones cortos, chanclas y gafas de sol. Jack estaba de pie, esperando en la orilla del rio, bate en mano. El guardabosques nos dijo que los salmones estaban en epoca de celo y que por los rios mas grandes de la zona pordriamos encontrarnos con alguna escena bastante curiosa. Creo que Jack esperaba alguna escena parecida, ya que no dejaba de sonreir, tensando y relajando los dedos sobre el mango del bate. Nos habia dirigido hacia la parte mas ancha del rio. Los rapidos que se formaban entre las rocas, levantaba un poco de espuma y no nos dejaba ver el fondo del rio. Kurt, estaba mas abajo en la orilla, de cuclillas. Miraba su reflejo en el agua mas tranquila, haciendo ochos sobre la superficie, con el dedo. Andrew y Max estaban, frente a Jack, al otro lado de la orilla, con cañas de pescar. No podia quitarle los ojos de encima a Jack. No sabia que demonios pretendia. Solo esperaba que esta vez, nadie saliera herido. Kurt, habia vuelto a desaparecer en su mundo. Nunca le importa lo que haga Jack, o quizas si, pero nunca dice nada.
Salta un pez. Me eche para atras, evitando que me salpicase. Dos...tres... Salmones rojos, volando rio arriba. Jack adelanto un pie y levanto el bate agrrandolo con las dos manos.Di un paso mas lejos de él. 'Jack...' quise decir. Pero mis palabras nunca salen. Kurt, miro Jack desde donde estaba y de la espuma blanca que nacia a pocos centimetros rio adentro, emergio un salmon rio- arriba a camara lenta. En el instante en que Kurt parpadeo, mas abajo, Jack volo el bate cientochenta grados hacia el torso del salmon, impactandolo como una piñata. El salmon exploto como una granda de fragmentacion, mandando mil pedazos de carne roja fresca, sobre Max y Andrew.
'Homerun!' gritó Jack
'Pero que cojones?' grito Max, levantandose de la silla y llevandose las manos a la cabeza.
Andrew estaba cubierto por tripas y cola de salmon. Habia soltado la caña de pescar que ahora navegaba rio abajo.
'Que cojones... Que cojones ha sido eso?' grito Max, quitandose trozos de pescado crudo del pelo. 'Por que coño has hecho eso, Leo?'
Mire a Jack, esperando a que contestara.
'¿Por que has hecho eso, Jack?' dijo Kurt, aun de cuclillas
'Porque queria' dijo Jack, agitando el bate, esperando a su proximo objetivo.

4/4/10

We never were strangers


Hoy encontre un rincon escondido. Un hueco en el mundo, que rebosaba de sentimientos, que desbordaba con secretos. Secretos solo para mi.
Miro atras en el tiempo olvidado y me veo escondiendo secretos en rincones como el que hoy desvele. Pero ahora, el juego quizas se haya hecho muy complicado, y los rincones se hayan hecho muy dificiles de encontrar. Rincones escondidos en la bruma, alejados hasta el infinito.

Hoy encontre un rincon escondido, que una vez estuvo en la bruma, en el infinito. Y cai en la cuenta de que la bruma no es nada mas que un fruto temporal que no dura eternamente. El infinito, fruto de nuestra imaginacion del hombre. Secretos que siempre podran encontrarse por mucho que se escondan.

A veces nos poetizamos, pero no somos gotas de rocio, ni de miel, sino almas. Exponencialmente mas complejas que unas meras gotas de liquido viscoso. Parecidos...quizas, pero solo un poco. Al igual que las gotas de miel, las almas cambian de estado, de forma, de aspecto. Pero si dos gotas de miel se alejan, se desgastan por el camino dejando un rastro funebre de una huella petrificada en la superficie. Dos almas, no. Pueden alejarse hasta el borde del horizonte y regresar para unirse como un principio. Como particulas subatomicas. Solo falta la fuerza para unirlas.

Hoy, me hallo en un globo de cristal que se encuentra constantemente agitado por un crio que quiere ver como se levanta la nieve del interior. El espesor de la nieve me ciega, y no me deja ver ni donde estoy, ni la ciudad que tengo delante.
Ni siquiera se si estoy dentro del cristal o no. Cierro los ojos y trato de recordar donde quiero estar por el recuerdo que mantengo vivo, cada dia, de lo que una vez vi.

Hoy, a pesar de la bruma, encontre un rincon escondido. Cierro los ojos y tambien recuerdo que la nieve tambien se derrite. Y cuando la bruma desaparezca volveremos a encontrarnos a medio camino, como siempre hemos hecho. Una vez mas nuestras manos se entrelazaran. Una vez mas, nuestras vidas se cruzaran. Una vez mas, volveremos a soñar, de verdad.

Me hallo en el infinito? Si aun puedes escuchar el sonido de mi voz, mientras grito a pleno pulomon dentro de mi prision de cristal, es que no me encuentro tan lejos. Por mucho que pienses que ese improv de jazz ya acabo y que el tren ya partio, aun estoy en el pequeño escondite en tu corazon.
Las manecillas del reloj de la estacion aun no se han movido, nadie me ha dicho que debo partir, ni siquiera hacia donde. La bateria soy yo, y aun estoy tocando. Hasta que el bombo no deje de latir, la cancion aun continua.
Porque por mucho que quieras olvidarme y deshacerte de mi recuerdo, me escondo. me escondo donde siempre podras encontrarme. Me escondo porque cuando modifico el mundo, añadiendo sutiles detalles, solo tu los ves sin gafas. Asi que me escondo, porque solo soy un acaro mas en el manton polvoriento que llamas infinito.
Y en ese infinito tambien estas tu.

Thank you, come again!