NEVER AS YOUNG AS TONIGHT


As Rant Casey once said, the future you have today is not the same you'll have tomorrow. So, for whatever tomorrow inspires me to write, I'll live today.

Here's
just an outlet of somesort where my keyboard can open up the world I see, for those who care to adventure in it.

An ongoing bilingual portfolio of somesort, seeking for guidance suggestions as well as publishing and publicity.


9/9/09

El hombre pajaro


Toma aire. 75.
La vida puede ser muy corta cuando solo se tienen unos segundos para recordarla. 74. Especialmente si huyes de tu pasado, y temes afrontar las consecuencias, o vivir con la culpa de tus actos. 73. Todo se reduce a los pequeños momentos. 72. Parándote a observar las pequeñas pinceladas de la vida que creías parte del olvido. 71.

Ahí estaba, sólo, como de costumbre. 70. Pero todo era distinto. 69. Se sentía libre. 68. Y aunque levitaba como una bolsa de plástico sobre un mar de aire, su cuerpo se había convertido en peso muerto. 67. El aire flirteaba con su pelo mientras el olor del alquitrán recién abandonado incomodaba a los pelos de su nariz. 66. Su estómago regurgitaba ante el panorama y sus manos temblaban, sudorosas, ante el vacío. 65. Su mente…pero su mente no. 64. Su mente disfrutaba de sus primeros momentos como pájaro. 63. Hombre-pájaro, mas bien. 62.

De pequeño pasaba horas observando a los pájaros, en su casa del árbol, soñando con volar. 61. Construyó un avión, de cartón-madera tratando de alcanzar las nubes de aquel verano. 60. Pasó lo que quedaba de las vacaciones en el hospital con varias fracturas. 59. Pasaba las horas haciendo aviones de papel y enseñándoselos a las enfermeras. 58.

Sus pies parecían ser imanes que buscaban la superficie imantada y la gravedad parecía tirar únicamente de su corazón. 57.

“Animeds, asociados a Bayer” 56.

El primer día de colegio de ese mismo año, Sally Thomson le dio su primer beso ante su mejor amigo. 55. Aún tenía las cicatrices en su palma, de cuando vio a Sally seis meses después. 54.

“Departamento de Marketing y Finanzas” 53.

No le había dicho nada desde aquel beso y cuando fue a buscarla, dejó de sentir como se le clavaban los cristales de lo que antes era su proyecto de química. 52.. Sally estaba con su mejor amigo, tratando de engullirle el contenido del pantalón desde su boca. 51.

No sabía donde quería estar, en ese momento de su vida. 50

“No veo la azotea.” 49.

Desnudo, porque no había venido la profesora. 48. Avergonzado, porque a los alumnos se les había antojado una figura con curvas. 47. Sólo, por su aspecto físico; y humillado, por la crueldad de sus amigos ante un momento tan crudo. 46. En el caso de existir, su pene ahora media cinco veces menos en todos los lienzos; por lo general su cuerpo era representado por un globo terráqueo, magdalena, o globo. 45.


Ni siquiera sabía si preferiría estar en el aula de arte o donde estaba ahora. 44. El viento empezaba a quemarle la cara a latigazos mientras el frío entumecía sus movimientos. 43.

El día de su graduación se sentó, acompañado de una botella, sobre una valla publicitaria desde la que miraba por encima a la Ciudad, aguantando hasta el amanecer. 42. Esa noche trató de cambiar su futuro. 41.
El Domingo de esa semana, se encontraba en la furgoneta de su madre. 40. El perro estaba en el maletero, las maletas en los asientos de atrás y su hermano pequeño a su lado. 39. Había tenido que bajar al sótano a por él.
Solo le quedaban siete uñas y no dejaba de llorar, ni de sangrar. 38.
Dos meses después no le llegaba el alquiler, y no le quedaba dinero para pagar las medicinas de su hermanito. 37.
Su propósito original había comenzado a tambalearse cuando le despidieron la semana anterior. 36. Falta de estudios y de experiencia, dijeron. 35.

Tenía ganas de ir al baño. 34. No pudo aguantar.33.

“Prestamos Nacionales a Clientes Autónomos.” 32.

Se encontraba solo en su casa. 31. Sobre el sofá, sin tele. 30. No había electricidad. 29. Encima de trece colillas de cigarrillos en la mesilla había una carta abierta. 28. La tinta estaba corrida por agua y el dibujo de líneas muy burdas con formas muy primitivas. La carta estaba firmado por el Orfanato de los Hijos de Zion. 27.

Su existencia le ahogaba. 26.

Había acabado su carrera. 25. Tenía lo suficiente para una casa, y de nuevo pensó en su futuro. 24.

“Astromedia” 23

Las páginas amarillas estaban abiertas por la página que anunciaba el orfanato. 22. Al lado sobre la mesa un ramo de margaritas despedazadas. 21. No se apartaba del teléfono con el que, tras una década, intentaba contactar con sus padres. 20.

Delante de él se encontraban sus excrementos. 19. Detrás, sus lagrimas. 18.

El funeral lo había pagado el Orfanato, y sus padres afirmaban que su hijo menor estaba tan emocionado por estar de nuevo en casa que quiso tomar un baño. 17. Testificaron, que los somníferos los tomó él, voluntariamente, antes de ir al baño. 16.

Su pulso iba tan rápido que su sangre parecía centrifugar por su cuerpo sin hacer uso del corazón. 15.

Acababa de volver a su hogar de ventanas rotas y cortinas rasgadas; donde la chimenea, era el retrete; y el retrete se usaba como congelador. 14. Los casquillos de las tres balas que le faltaban a la pistola de su mano derecha, estaban en la otra. 13. Se quitó la camiseta y comenzó a borrar el último rastro del recuerdo de su padre, con lejía. 12.

Ahora, incluso con puñados de aire llenándole la boca a la fuerza, se sentía aliviado. 11. Le pesaba el cuerpo una tonelada, pero respiraba tranquilo. 10. Disfrutaba de sus últimos momentos como hombre-pájaro. 9.

“Bufete de Abogados, L.M.G” 8.

Estaba por encima de todo el mundo, y al fin estaba feliz. 7.

Esta mañana había visto su apellido grabado en piedra y le había quitado las margaritas muertas de su tumba. 6. Esa noche quería descansar en un sitio decente, familiar. 5.

“Mi oficina.”Piso 4.

La vida de un hombre puede ser bastante corta cuando solo tienes tantos metros para recordarla. 3. Tu primer beso, tu primer polvo, tu primer trabajo. 2. Si aun no sabes lo que es mas importante para ti, “Primer piso”, no te preocupes, te darás cuenta en el ultimo momento.

“Yo mismo” Piso Bajo.

“Portero” Puerta principal

“Mier…”

Ya no podía escapar. No respiraba. Había dejado de existir; y su pasado y sus recuerdos, también.

9/7/09

Espejo de adolescencia

Imagínate que eres una chica y que te estas mirando al espejo.

Miras al espejo y solo ves la cantidad de veces que tus compañeros se han reído de ti y tirado bolas de papel albal de sus bocatas, en el recreo. Sólo ves las veces que has llorado de camino a clase porque tu madre no te ha dejado ponerte un jersey en pleno julio porque te daba vergüenza ir en manga corta. La cantidad de veces que no le has dicho me gustas o te quiero al chico que te gustaba o a la única persona que te hacia caso, incluso si era aquel único chico que no se reía de ti porque te conocía de la infancia y eso para ti valía un mundo.

Te miras en el espejo y lo único que ves son las veces en que los chicos de clase, ante tu llegada, corrían despavoridos gritando: ¡¡¡GODZILLA!!! O las veces que dicen de la manera mas jovial unos a otros cuando pasabas detrás de alguien: "oye tío, sabes que tienes a medio mundo detrás tuyo"
Te miras al espejo y tus lágrimas arden sobre tus mejillas al recordar las palabras de tu abuela "Debes comer, hijita. Así serás grande y fuerte"
¡Ya lo soy abuela! ¡¡Deja de tentarme!! ¡¡¡Quiero ser flaca, quiero que me bese un chico, quiero tener amigos, quiero ser popular, quiero ponerme ropa que no sea de chándal, quiero tener una vida normal!!!!

Me miro al espejo y me doy asco. Lloro por lo fea que soy, hundiéndome en mi almohada cada noche, escapándome a las dos de la mañana para coger algo de comer porque tengo pesadillas. Pesadillas que mañana se cumplirán.

La psicóloga del colegio dice que guardo los donuts debajo de mi almohada porque tengo hambre, tengo hambre de amor. ¡¡Me oyes mama!! ¡Amor, cariño…! ¿Por qué, eh mamá? ¿Por qué no me lo pudiste dar? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué me dejaste sola, únicamente con una fotografía, un recuerdo de lo que un día tuve y no volveré a tener jamás?

17/6/09

Victima de un accidente

“Recuerdo que me sentia refrescado. Me encantaba sentir la comodidad del pañal recién cambiado. La verdad es que los pequeños detalles en aquellos años lo son todo. Queria crear un elefante con los bloques que me había regalado mi abuelo esas Navidades; pero no se parecian en nada a ningun elefante que yo conocia. Al menos creo que era un elefante en lo que pensaba. Llamaron a la puerta de casa y mi padre salio de la habitación, guiñándome el ojo, desde la puerta.
Había dejado el armario entreabierto y vi un osito rojo. Los únicos peluches que tenia por aquel entonces eran ositos. Me despertaba un instinto primitivo de achucharlos con todas mis fuerzas hasta hacer que estallaran sus ojos de botones de su pequeño craneo de osito de peluche. Me acerque gateando a la puerta y la abrí aun mas, dejando al descubierto una caja forrada con papel de ositos. '¡¡O'wito!!' grite.
La tapa de la caja no estaba bien cerrada y pude deslizarla con facilidad.
Me sorprendió lo que vi en su interior pues no tenia forma de osito y en aquel momento tampoco supe lo que era. Solo recuerdo que era frío y duro. Me recordaba al tacto de la bañera. La verdad es que, en mi corta existencia hasta entonces no me había encontrado con muchos objetos así y me encontraba como cual polilla frente a ua luz halogena.
Traté de levantarla pero pesaba una barbaridad. Tiré con todas mis fuerzas y logré sacarla por encima del borde. Tropezó. Apenas podía levantarla por encima de los bordes de la caja. Al tercer inten con el borde de la caja y se me cayó de las manos, chocando con fuerza en la moqueta. El juguete estalló, como la luz de una bombilla que me empujaba hacia atrás. Me quede tumbado en el suelo, perplejo, y observando atónito como la urna de la abuela se había roto al instante y ahora yacía esparcida sobre la moqueta. En una décima de segundo me econtraba rodeado por los brazos de mi padre. Entonces pensé: ¿Y si en lugar de haberse roto la urna de la abuela, me hubiera roto yo? La idea en sí me asustaba y me dio mucho miedo y pánico. Me abracé a papá tratando de consolarme. El también lloraba. Lloraba muchísimo, y pensé que era porque se había roto la urna de la abuela.”

Serafín tomó un sorbo de su cerveza, mientras miraba al vacío, absorto en su pensamiento.

“En aquel momento di gracias por que estuviera conmigo. No pensé que algún día se fuera a ir. Ni mucho menos imaginé que tendría el mismo final que la urna.”

La novia de Serafín le dio un beso. Serafín alzo la mirada al otro lado de la calle tratando de divisar la lapida de su padre, pero las lagrimas no le dejaban.

5/5/09

Notas atormentadas por un violador en celo musical


Alexander sostuvo el arco sobre las sílabas de acero que se situaban suspendidos en el aire y el tiempo.
Comenzó a acariciarlas como si de delicados lirilillos levitando se trataran. Se paraba con parsimonia desnutrida al final de cada suave gesto.

Acelerando, su sensualidad y creciendo, su complejidad; hasta arrebatarse en un voraginoso espiral de movimientos violentos, obteniendo perturbaciones melódicas que volaban, violando, crudamente, el silencio. Precipitaba, vertiginosamente, sus vivencias en esa apariencia de virtud musical, buscando avivar, desesperado, la solemnidad de su instrumento.

Pero no lo conseguía

Me violentaba, rápidamente. Venían a mis oídos vibraciones viscerales que provenían de las frías cuerdas de acero. Chillaban estrepitosamente con cada acuchillada que le arremetía, arrancando veneno victorioso de su vena viciosa. El atormentado violín, regurgitaba sinfonicámente, contaminando el aire de resina vomitada.

Bruscamente, cesó, con un sonido ignominioso. El aire buscó reposo y el eco reinó en el salón. Se omitió el aplauso, el pensamiento o la perturbación del silencio, con la voz. Ostentoso, hallose el auditorio, vacío. Alexander estaba sólo. Sólo y obstinado a recibir su aplauso mudo.

28/3/09

Friends



¿Sabes que mi serie favorita es Friends? He visto la serie una docena de veces. Esta ambientado en Manhattan, y las cosas que dicen, el humor que tienen, solo se puede entender si has vivido alli; me encanta. Es como ver lo que un dia llegare a ser, o en lo que un dia trabajare; una produccion importante en Nueva York. Me siento como si estoy donde deberia estar, me siento augsto.

Sin embargo, hay algo que ya no me encaja. Es un cabo suelto que ha descarriado. Una errata en el guion, que he conocido. Desde que rompimos, no he podido volver a ver algunos episodios, por culpa de esa incoherencia: La devastadora similitud de los episodios que tratan sobre Ross y Rachel, con nosotros.

Cada vez que les veia juntos era como si me viera contigo, cada beso que se daban, cada caricia. Me di cuenta de ello cuando vi un episodio cuando volvi a casa tras estar un fin de semana contigo. La ilusion que me invadia era extatico...Ahora, no puedo ver mas de una escena sobre ellos, es como una aguja venenosa que perdura clavada. Una herida abierta, sobre la que se echa sal gorda...Es insoportable.

Hoy he visto el episodio en el que se toman un descanso, y mi mente no ha podido evitar recordar como herida de un hierro oxidado, cuando me proponias lo mismo. Se me hiela el cuerpo al verles romper. Las mismas palabras, los mismos sentimientos. Se me presenta como un espejo, una escenificacion de uno de los momentos mas triste de mi vida.

Estos episodios me atormentan, porque ahora mismo me veo en los capitulos de la 4 temporada. Lo han dejado despues de un año. Estan en el mismo grupo y tratan de seguir con sus vidas. Yo ya he visto la serie entera y se como van a acabar. Se quieren tanto y tienen muchas diferencias, pero se quieren y pase lo que pase lo acaban arreglando.

Me atormenta porque ahora msimo nos encontramos en esos episodios, de intentar seguir ocn nuestras vidas, pero me mata la incertidumbre, porque se que la vida no es una serie, y no siempre hay un final feliz.
Ahora me invade ese mismo sentimiento ridiculo de unos celos desmesurados. Solo deseo que tu nuevo novio sea un mero personaje al que se le acabe echando del plató y dejando de mandar el guion. Un personaje del que se olvida de un episodio a otro.

Me muero porque llegue el momento en el que pueda volver a besarte y dejar de ocultarte lo muchisimo que te quiero. Porque es verdad, te quiero. Echo de menos cada detalle de tu existencia en mi vida. Aun me muero de ganas por poner tu nombre a una estrella, pero no se si estoy en el episodio adecuado. Lo dudo, y esperare.

Pero...ese sentimiento...ese sentimiento de realidad, se que existe de veras la posibilidad de tener nuestro final feliz. Pero ni siquiera se si nuestra serie va bien encaminada. Solo espero que algun dia, los guionistas se den cuenta del enorme error que han cometido al mantenernos alejados. Espero que algun dia pueda volver a ver aquellos episodios como una temporada pasada, y se puedan escribir nuestras historias en conjunto. Espero que en el ultimo episodio, no me hayan echado de la serie, y sea yo quien te propicie un final feliz, porque en el fondo sé que pertenecemos juntos, como Ross y Rachel.

16/2/09

In the Vaterland


Era Navidad, pero seguia funcionando. La maquina no descansaba. La maquina no dormia, y el humo negro al otro lado de los enormes ventanales, nunca cesaba. Las paredes se iluminaban tras la puesta de sol por una luz puramente blanca, cegadora. De noche los focos enfocaban a los ventanales desde el exterior, y atravesaban las paredes, impidiendonos ver mas alla del humo. Todo formaba parte de lo mismo. Una unidad, una entidad, como los engranajes de un reloj de cuerda. Una vez puesto en marcha, no habia forma de pararlo. No sabiamos cuánto hacia, desde que se puso en marcha, los calendarios estaban prohibidos. El tiempo no se regia segun el calendario, sino por el reloj que todos seguiamos. Un reloj dividido en diezmilesimas de segundo, sin numeros, empotrado en lo alto de la pared. A cada lado, una bandera roja que colgaba verticalmente hasta el suelo.

Tire de la palanca. "Un misissippi, dos misissippi, tres misissippi..." Volvi a reposicionar la palanca y gire tres interruptores "cuatro...cinco...seis..." Aprete dos botones a intervalos iguales y volvi a tirar de la palanca, y delante mio una plancha enrome de metal caia cataclismicamente contra otra plancha de metal." Ocho...nueve...diez" Enderecé la palanca, levantando la plancha de metal y mire el reloj, mientras arañaba la pared detras mio con una moneda desgastada a la mitad "Cincuenta y nueve" Ya quedaba poco.

"Un misissippi, dos misissippi..." Me mire la muñeca. Entre la grasa y la suciedad se apreciaba la silueta de un reloj sobre la piel. Agarre con mas fuerza la palanca mientras continuaba con la rutina. ¿Que estaria haciendo Steinn ahora mismo? "...cuatro misissipi..."Estara ya en alguna casa de campo, con una chica, bebiendo vino y comiendo Emmental "...cinco...misissippi..." o quizas este frente al Sena comiendo mermelada y mantequilla"...seis misissippi..."Tire de la palanca y la planchas frente a mi volvieron a colisionar.No..."...siete misissippi..." Probablemente este en la bodega de un barco de camino a Inglaterra."...ocho misissippi..."O quizas haya ido al viñedo de Maurice "...nueve misissippi..."o quizas este en un tren camino a...En un tren no, Steinn nunca viajaria en tren aunque fuera lo ultimo que le quedase. Empezo a salir humo de las dos planchas y los engranajes empezaron a chillar. Las luces al lado de los botones parpadeaban intermitentemente una luz roja. Tenian garabatos escritos sobre los botones pero no eran palabras que yo reconociera. Volvi la palanca pero las planchas seguian chirriando y empezaron a temblar entre si, como placas tectonicas. Se parecian muchisimo a los dibujos de mis libros de texto. Placas terrestres con volcanes escupiendo fuego, frotandose unas placas con otras generando terremotos y desastres naturales. Me encantaban las clases de Geologia con la Leoparda. Siempre iba con zapatos y medias con estampado de leopardo cubriendo esas piernas largas que nos hacian a todos bullir como volcanes activos. Como aquella vez que en mitad de un examen oral se horrorizo del bulto que crecio espontaneamente por debajo de la bragueta de los pantalones de Freddy Henrickson. Me acuerdo vividamente de lo rojo que estaba. Parecia la cara de papa, cuando nos hablaba de politica o de su jefe. Se le notaban las venas azules del cuello y siempre hablaba con la boca llena haciendo que volasen cachos de huevo hacia el plato de mama. Freddy trataba de explicarla delante de treinta alumnos lo mucho que le atraia, cometiendo suicidio social para lo que le quedaba de instituto, pero la Leoparda me estaba gritando a mi. Claro que yo no me entere porque no podia quitarle la vista de sus piernas. Estaba sentado en ultima fila y cerre los ojos. Me ardian muchisimo las mejillas, tenia una mano en el bolsillo y otro que sostenia el libro de geologia al reves. Freddy me contó al dia siguiente que la Leoparda les saco a todos de clase con la excusa de que estaba creando demasiada actividad sismica y que podria ser perjudicial para su salud, estar en la misma clase que yo. Freddy y yo nos volvimos mejores amigos despues de esa clase, y planificamos varias visitas a la casa de la Leoparda, pero desistimos cuando vimos el uniforme de su marido.
El ruido empezo a cambiar, como si proviniera de varias direcciones. Y a medida que se hacia mas fuerte, se hacia mas grave. Parecian ladridos. Eche el cerrojo de la puerta de mi izquierda y me aparte de la llamarada enorme que surgia de las dos planchas metalicas. "A Schultz no le va a gustar eso" dijo un compañero. "Tranquilo, todo ira bien" La puerta estalllo y se convirtio en astillas voladoras y humo. En el lugar donde hubo la puerto ahora habia una fila de hombres de uniforme que entraban ordenada y velozmente. Las placas estaban rojas y el fuego se tornaba azul, camuflandose con el aire. Parecia aire liquido que se movia como una bailarina. Hacia mucho que no iba a ballet. Queria volver a ver piernas largas moverse gracilmente, como aire liquido. Extendi las manos, recorriendo la silueta de las planchas mientras tarareaba la Septima Sinfonia de Beethoven. "¡¡Para!!"grito mi compañero, pero los perros de uniforme ya le habian heho callar. Sentia un frio extremo en la punta de los dedos y empece a tararear mas fuerte, imaginando que estaba en las duchas como cada mañana, y te duchas con agua fria, porque solo hay agua fria. Empece a ver como salia humo de mis manos. Y no pude parar de mirarme las manos mientras las contorneaba alrededor de las planchas.

Senti un golpe muy fuerte en el costado que me saco todo el aire y me llevo al suelo. Me puse boca arriba y vi a un soldado sin casco, con la cara llena grasa negra, que levantaba su rifle por encima de su cabeza, y lo bajo como un cazador que clava su lanza en su presa.

Me desperte sobre un suelo de piedra muy frio. Un frio muy distinto al del aire liquido.Intente moverme pero me escocian las manos. Me puse de pie usando los codos y vi que donde habia estado, habia un charco de sangre seca. Me toque la frente y senti un dolor agonizante en la frente, pero no senti nada en los dedos. Solo me escocian. En una esquina habia un hombre de uniforme, que yacia esposado y con las piernas abiertas en "V". Tenia la camisa desabotonada y rasgada. La cabeza le colgaba y su boca yacia abierta, con un hilo de saliva que le unia a su barriga.
"Crei que lo habias conseguido" dije yo
Gruñó ligeramente. "Ya se han ido" le dije, y me senté a su lado.
Levanto la cabeza y me observo detenidamente "¿Y a ti que te ha pasado?" me dijo
"Steinn...siempre dejas las cosas a medio hacer"

6/1/09

Nochebuena


“¿Y el árbol?” Sonó el timbre, y a los tres se nos paró el corazón. Son amigos desde hace décadas pero, “la vida es dura para los incapacitados organizacionales”- dijo mi padre, mientras camina apingüinadmente, debido a su peso, hacia la puerta.
Me lloraban los ojos. Estaba cegado por el polvo que me caia de la estantería que sostengo sobre mi cabeza. Llevaba horas, intento tras intento, tratando de atornillarlo al gotéele del salón, sin éxito.
Entró mi tío tropezando con la montaña de basura que habíamos dejado a la entrada. Eran los escombros de una mañana dedicada exclusivamente a preparar la casa para acoger a nuestros invitados. Gritó, onomatopeyicamente, de alegría mientras chocaron dos botellas. Al instante dos elefantes colisionaron sus barrigas cerveceras a modo de saludo. Mi tío se acercó con su entonación y jovialidad caribeña a darme una palmada en la espalda. “¿Que ocurre mi comandante?¿ por que lloras? Espera.” De nuevo suenan las botellas, esta vez sobre la mesa. Un dedo apartó ásperamente la lagrima y el polvo para dejarme ver como por la puerta entraba Juan, un viejo amigo de mi padre.
Le agradecí el gesto a mi tío, mientras prosiguió, entonando una canción, a descorchar, las dos botellas de vino, que habia traído con él y a servir copas de vino sobre una mesa sin poner. Juan , acallaba un grito, en un intento de esconder su felino-fobia, evitando tropezarse con el gato y dirige sus habituales agradecimientos a los anfitriones, a modo de susurro fantasmal.
Mi padre comenzó a reírse mientras me sujetaba la estantería. Humo, salía de la cocina. Era normal y mi madre gritaba para si misma, histérica. “No me habría casado con ella si no cocinara bien”- dice mi padre con una sonrisa. Sonreí, cómplice de saber la verdad: había quemado el pavo.
Ya se habían acomodado nuestros invitados y a mi se me había ocurrido un apaño para la estantería. Mi madre había logrado combustionar brócoli y otras series de verduras en la cocina; mientras mi tío nos recitaba la receta de su plato favorito y acudía a la cocina en su ayuda. Mi padre hacia de punto de apoyo para la estantería, a la vez que me gritaba indicaciones sobre que broca coger. Juan permanecía sentado en un rincón bebiendo silenciosamente su tercera copa de vino y redistribuyendo los platos que había sobre la mesa, mientras el gato le observaba desde su regazo, manteniendo fija su mirada petrificante sobre cada uno de sus movimientos.

Estamos sentados todos, entorno a la mesa excepto mi madre que peleaba con el pavo en la cocina. Juan permanecía callado jugando con el cuchillo y yo servia un poco de todo en cada plato mientras decidia si enfadarme o reírme a consecuencia de la conversación de padre y mi tío. Era Noche buena, el pavo estaba de camino, aun no habían probado bocado, ¡y ya estaban debatiendo sobre que íbamos a comer para Año Nuevo!
Me senté a la par que el pavo y mi madre, sonriendo por la ocasión. Miré a mi madre quien me devolvió la sonrisa. Hacia diez años que no pasábamos las Navidades juntos. Mi padre se levanto bendijo la mesa y comenzó a servir los restos de carboncillo que quedaban del ave.

Todo era perfecto pero echaba en falta algo. Llevaba todo el día deseando comprar un árbol de Navidad pero mis padres se negaban. La preocupación por la estética de la casa les había estresado un poco. Y el estrés por lo visto provoca estragos en el Espíritu Navideño. Deseaba volver a ver esa vegetación que cubría la frondosa llanura de regalos que yacía debajo…

Los tres Caribeños tertuliaban, mi madre llamaba por Skype a la larga lista de familiares Australianos y yo yacía tumbado. plenamente satisfecho acariciando el gato que ronroneaba sobre mi pecho. Mi padre se giró a mirarme. Sonreía ampliamente y le brillaban los ojos. “Mira que cómico. ¿Sabes que Danny de pequeño tenia un gato…? Se pasaba horas y horas con el, torturándolo”- Así inició mi padre un extenso recopilatorio de pequeñas anécdotas sobre mi infancia, que duraría hasta bien entrada la noche. Sonreí. El sopor de la satisfacción, tras el banquete familiar y el calor de la noche entraba en mi por los ronroneos felinos. Sumiéndome cada vez mas en un sueño profundo, donde si había árbol.

Había despertado nostálgico y mis padres ya roncaban. Apagué las luces y encendí unas velas en el altar de San Judas, de mi padre.”Patrón de las causas imposibles”-dije para mi mismo. Al ver la vela recordé la ultima Navidad que pasamos los tres juntos. Los plomos se nos habían fundido y dejamos la casa iluminada por pequeños candelabros que iluminaban el árbol que abarcaba la altura de la puerta, inundando la casa de aquel olor característico. Sonreí. Una hora, tres cartulinas verdes, y buena cantidad de celo mas tarde, yacía en el centro de la mesa, un árbol tridimensional de 40 centímetros de altura. Dispuse mis regalos bajo ella, junto con un vaso de leche y galletas; y suspiré satisfecho conmigo mismo. Podría dormir tranquilo, sabiendo que al día siguiente, mis padres recordarían lo que es la Navidad en familia.
Mi padre, volvería a sentirse normal tras diez años de cárcel

Thank you, come again!