NEVER AS YOUNG AS TONIGHT


As Rant Casey once said, the future you have today is not the same you'll have tomorrow. So, for whatever tomorrow inspires me to write, I'll live today.

Here's
just an outlet of somesort where my keyboard can open up the world I see, for those who care to adventure in it.

An ongoing bilingual portfolio of somesort, seeking for guidance suggestions as well as publishing and publicity.


16/7/12

Sombras de Atardecer


Algunas veces recuerdo como era pasar las tardes junto a la orilla del canal. El sol iluminaba los arboles como si fueran molinos en llamas. La niebla se arrastraba por los caminos de piedras del casco antiguo, y las barcas pasaban por debajo del puente como fantasmas del rio atravesando la ciudad. Los ancianos pasaban con sus bastones y sus cuentos de tiempos mejores, mientras yo tiraba piedras a las sombras de los cisnes.

No recuerdo cuantos años tendria, siete...ocho...pero recuerdo que eran buenos tiempos. Hacia un par de semanas que habian abierto la heladeria frente al parque y cada vez venian mas niños a comprarse un cucurucho y a jugar hasta que se pusiera el sol. Los niños trataban de auyentarlos gritando y agitando el cucurucho en una mano mientras sus madres corrian detras de ellos para impedirselo. Marie siempre me decia que jugase con ellos, pero preferia mirar las sombras de los cisnes en el reflejo del canal. Por muchas piedras que les tirase, no se irian nunca.

15/7/12

Mike I



La opinion de un hotel cambia mucho cuando estas mirando al vacio desde un quinto piso. De pie sobre la varandilla del balcon, todo se ralentiza. Noté el olor del aire de la ciudad, de los humos de caucho quemados que comienzanan a corroerme la pituitaria y familiarizarse con el nido de veneno que hay en mis pulmones. Alli desde la repisa me siento ganador del Oscar al mejor fumador de segunda mano, dando las gracias a miles de fumadores que llenaron mis vias respiratorias de humo, a los que jamas tuve el placer de conocer.
Escucho los movimientos de sistole y diastole de mi corazon desde las arterias de mi cuello recubiertas por una capa de colesterol, cortesia de los buffets libre de Max el Magnifico. Los Sabados y Domingos a mitad de precio.
El rugido del motor del vuelo 0718, con destino a Tokyo, sobrevolaba mi cabeza con trescientos pasajeros y una probablilidad del 13% de estrellarse sobre el Pacifico. Cierro los ojos y trato de respirar lo mas hondo que puedo.
Un hilo de sangre descendia velozmente por mi muñeca quedando suspendidos sobre la punta de mis dedos y desnudos ante la caida libre. "Vamos Mike, esto esta tirado" me dije a mi mismo. La puerta de la habitacion del hotel estalló bajo una patada y salté hacia el patio interior del hotel, esperando que el guaperas de la piscina no hubiese bajado el nivel del agua. Mientras la brisa ascendente me despeinaba, oí como dos disparos desfragmentaban el cristal del vental del balcon que comenzaba a perseguirme en mi descenso hacia el charco azul en el suelo. Aguante la respiracion mientras trataba de imaginar brevemente como habria sido la noche si Sara hubiera sabido mantener la puta boca cerrada.

Habia conocido a Sara en un local cualquiera, una noche cualquiera. Lo tipico, mucha gente, mucho humo, muchas luces, mucho ruido. Especialmente mucho ruido. Delante mio una rubia de metro setenta y una camiseta blanca que se le caia por los hombros no dejaba de bailar de espaldas a mi, agitando los brazos violentamente al ritmo de la musica. Se echo para atras derramando de un golpe de cadera mi copa de whiskey sobre mi camisa azul claro, dibujandome una especie de corbata oscura sobre la camisa. Esa criatura torpe era Sara.
'Lo siento!' dijo a gritos 'Estas bien?' pregunto. Yo ya habia cogido un par de servilletas y me estaba frotando la camisa. 'Si, dejalo!' dije yo. Donde coño se habria metido David? 'Que?!' grito Sara. 'Que si! Que lo dejes!' grite yo. Joder acababa de plancharlo esa mañana. 'Trae, te invito a una copa!' dijo ella aun moviendo la cadera al ritmo de la musica y agarrandome de la camisa mojada. Solo habian pasado quince minutos desde que se habia ido David de la barra. Quizas le habia pasado algo. Puede que se haya acalorado y haya salido fuera a por aire. Y que estando fuera se desmayara. Y que estando en el suelo unos tios la hayan cogido, metido en un coche y se la hayan llevado para pedir un rescate. Incluso puede que ahora mismo esten en el desierto violandole antes de pedir el rescate! Joder, que coño hago imaginando eso. Mientras imaginaba a tres mejicanos violando sucesivamente el cuerpo incosciente del pobre David, Sara tiro de mi camisa y acerco su cara a la mia. 'Como te llamas?' dijo Sara mirandome a los ojos. Llevaba tres meses sin echar un polvo. Tres largos meses. 'Mike' dije yo. 'Encantado Mike' dijo ella sonriendome. Que coño, solo habian pasado quince minutos. Ya apareceria, David.

Creia que Sara hablaba alto por la musica del local en que la conoci. Pero la verdad es que estaba medio sorda asi que todas sus palabras estaban subidas al doble del volumen normal de una chica de veinticinco años. Era muy curioso porque la chica siempre te miraba los labios atentamente. Como si se fuera a perder algo de lo que fueras a decir. Cuando intentabas susurrarla algo al oido se echaba para atras como si la fueras a hacer daño. 'Sara' dije yo con la respiracion descontrolada. Estabamos en el callejon apretados contra la pared de la discoteca del que acababamos de salir. El invierno me habia bendecido con una gabardina de cuero que me llegaba por los pies tapandome hasta los pantalones desabrochados que ahora solo me llegaban por las rodillas. 'Shhh' dije yo. No me oia. 'Nos van a oir' la dije un poco mas alto. Al fondo del callejon se oian gritos histericos alejados de lo que solo eran unas sombras que se habian empotrado contra unos cubos de basura. No conseguia verlo con traqueteo de mis movimientos contra su cuerpo y las corrientes electricas que generaban sus uñas en mis nalgas, clavandose con cada movimiento. Sara gemia...como gemiria alguien desde la barra queriendo que le oyera el camarero. 'Calla' grite yo al lado de oido, mientras la volvia a penetrar. Mi grito lo camuflo su gemido. Era como si siguiera en la discoteca, follando en el baño, solo que la musica estaba en "mute". Nunca me imagine follando y gritando cosas tan poco romanticas en un callejon. Las sombras del final del callejon se hacian cada vez mas grandes y los gritos cada vez mas fuertes. Mierda, puta sorda que no me oye. Nuestras caderas iban cada vez mas rapido y a cada instante perdia fuerzas para mantener los ojos abiertos. A ella tambien se le notaba. Sus gritos eran cada vez mas intensos. Ya me daba igual quienes fueran aquellas personas. Que nos oyeran. Seguro que se morian de la envidia. Aprete mi cuerpo lo mas fuerte que podia contra el suyo esperando el estimulo culminante de la noche mientras maldije por un instante a Aurora por haberme abandonado. Antes de hincar mis dedos en la pared de ladrillo mientras el condon completaba su funcion en el mundo, cai por un instante en que todo esto era culpa de mi seboso compañero de piso.

Estaba frente al espejo, con la maquina de afeitar en las manos. Y entre tanto pelo, lo unico que me venia a la cabeza era "retribucion". La puta ley de murphy que ha salido de la boca de mi madre desde que me despertaba en mitad de la noche tratando de ocultar las recien humedecidas sabanas. Cuando eres pequeño, no te enseñan a que beber mucha agua antes de dormir, incita a soñar con cascadas en mitad del Amazonas. Lagos cristalinos donde puedes bañarte completamente desnudo y dejarte volar hacia los amplios paramos de...ningun lado. Me habia acostumbrado al tacto de orina sobre la piel. No se distinguia mucho de un paño mojado, salvo por el olor. Mi madre decia que era culpa mia por no llevar pañales. Decia que si llevase pañales no ocurriria nada, porque asi funciona el mundo. Las cosas ocurren cuando menos te lo esperas. Si te lo esperas no ocurren, asi de sencillo.
Hasta el dia de hoy me enorgullece poder decir que nunca me puse pañales, pero me estaba afeitando y no podia evitar pensar que no pasaria nada esa noche con nadie. La puerta de cristal del baño retumbo bajo los puños de David, haciendo que mi mano desviase la cuchilla.
"¡Mierda!" Era la segunda vez que me cortaba ese mes. La sangre que se bombea por el escroto es la misma que pasa por tu pene. Y por alguna puta razon retorcida, se me ponia algo dura cuando me afeitaba. Siempre imagine que era como, cuando te cortabas el pelo y te ibas viendo mejor, mas limpio, mas guapo... sonreias, y ya estaba dura.
"Pipí, tengo que hacer pipí!" dijo David de doscientos kilos al otro lado de la puerta, botando como una patata caliente.
"Ya voy coño!" dije barriendo el pelo rizado del suelo y tirandolo al vater. Me preguntaba como seria Aurora. El corazon me latia fuertemente. No me gustaba esta situacion ni un puto pelo. Por que cojones tenia que llevarla yo. Guardé el neceser y sali del baño. Joder, no se ni como es.
Sali del baño, pinzando a David contra la pared con la puerta.
"Vas a recogerla?!" pregunto David a gritos a traves de la puerta abierta del baño sentado sobre el retrete.
"No voy a recogerla!" grite, mientras me ajustaba la camisa, en el espejo. Cerre la puerta de la habitacion y eche el pestillo. Levante la almohada para coger el movil. Tenia un mensaje. "Recogeme a las 11, en el puente. No llegues tarde." Iba a llegar tarde, si o si, por mucho que me pidiera lo contrario. No recuerdo cuando fue la ultima vez que llegue puntual. 'Mierda' dije yo. No me gustaba recoger a nadie.

Siempre me maravillaba el hecho de que David nunca tuviera hemorroides. Pasaba gran parte del dia en el baño, como si fuera su despacho. Habia adornado las paredes que circundaban el retrete con estanterias llenas de revistas, catalogos, videojuegos y hasta gominolas y un cojin para sus mas largas estancias.
Al principio supuse que sus largas visitas al baño se debian al peso, y el que sus piernas de pollo no pudiesen cargar con el gran barril que tenia por barriga, para desplazarle de nuevo al mundo real. Iamgino que su capacidad de esfuerzo tenia un limite y decidio ponrse comodo hasta que reuniese fuerzas para volver a salir. Lo que nunca entendi es por que no se hacia un sistema de poleas para levantarse.
"Que coño es esto!?" pregunté desde el marco de la puerta del baño, levantando la servilleta. David me miro desde donde estaba sentado con la radio puesta, con el ultimo tomo de Los Vengadores entre las manos tapando el poco espacio entre sus muslos. Inmediatamente me tape la nariz y la boca con la servilleta perfumada con carmin tratando de evitar los conflictos gastricos de David. Cerre la puerta.
"Que dices?!" dijo él
"La nota?!" dije yo a traves del cristal tintado de la puerta.
"Que nota?!"dijo David, tarareando Macho Men de YMCA
"La puta nota! Ha venido alguien a mi habitacion!?" grite
"Nop, no que yo sepa! ...Macho, macho man...!" dijo David sin mucho interes
Me aparte de la puerta. Claro que no iba a saber nada. Una puta tropa de elefantes podria invadir la cocina y seguro que ni se enteraria estando él sobre su trono.
Eran las once menos diecisiete. Cogi las llaves del coche y abri la puerta. Se me olvidaba algo. Cerre la puerta de nuevo y aprete el puño sobre las llaves. No se que era!... Sonaron las campanadas de menos cuarto. Debia darme prisa ."...i want to be, a macho man!!..." grito a pleno pulmon desde el otro lado del cristal. Mire los labios de la servilleta. Me lo meti en la chaqueta y sali del piso. Quizas la noche no seria tan malo como yo creia. O eso pense en aquel momento.

PART 1: La familia Blake



Largas listas de efectos secundarios intoxican los periódicos, con palabras sobrias que esparcen mala publicidad, intentando borrarnos esa sonrisa eufórica que se nos forma por las noches. Hablan de noches de absoluto descontrol, de irresponsabilidad y de ilegalidad. Pero si de veras creen que un poco de mala fama nos va a quitar el mono de un poco de diversión, están muy equivocados.

Supongo, que como todo, con el tiempo, las cosas pretenden cambiar. Antes, se disfrutaba mas, con menos prisa, supongo. Cuando la musica pasaba a segundo plano y el ritmo de las luces se vuelven monótonas, podías sentarte alrededor de la taza del váter de una discoteca, como pequeños exploradores, en compañía de tres extraño para pegarle un tiro sin preocuparte por las colas. Ahora la adrenalina y la euforia nacen cuando te toca un cubiculo sin pestillo y te encierras como puedas, temiendo que algun borracho alcance a ver la miniscula bolsa que escondes en tu americana.

Para Daniel Blake, la euforia nacia en una silla, en el comedor vacio de su casa. Hacia años que la adrenalina habia desaparecido, y el morbo y la excitación de la situacion se habia esfumado igual de rapido que los ultimos doscientos dolares de su cartera. Los cinco gramos que habia comprado esa mañana formaban lineas impolutas y perfectamente geometricas sobre la tabla de cortar de plastico que habia sobre la mesa de madera del comedor.
Daniel golpeó su antigua tarjeta de credito sobre la mesa de madera. Sonrió levemente. Acercó la cabeza a las cinco lineas, controlando la respiracion para no levantar una nube blanca por accidente. Afilo las lineas, por enesima vez. Le gustaba tanto como el sonido de la tarjeta de credito golpeando contra la mesa. Despues de tantos años esos pequeños detalles le estimulaban mas que el tiro en si. Se tapó un lado de la nariz y respiró opr el otro fuertemente, levantandose de golpe. Se pellizco la nariz estrujando la cara. Ultimamente le entraba demasiado fuerte. Sintió como un liquido templado recorria el interior de su nariz. Se inclinó sobre la mesa y se miró la mano. Sangre recorria sus dedos goteando sobre la mesa, creando enormes surcos rojos sobre las otras rayas blancas. 'Mierda!' gritó tras un borboton de sangre que le cubria la boca rociando la mesa incluso mas. Entró en la cocina vacia, con las manos delante de él, abriendo los cajones y los armarios, buscando un pañuelo. Estaba dejando un rastro bastante bonito y abundante, y comenzaba a estar bajo la impresion de que no debia perder tanta sangre. Fue corriendo al baño, para encontrarse con un inodoro exento de papel. Comenzó a sentir como se le aligeraba la cabeza. Se agarró al lavamanos fuertemente para ver un reflejo suyo en el espejo con la cara y camiseta cubierta de sangre. Daniel empezó a sentir como el baño se movia y se sentó sobre la taza de vater. Daniel perdio fuerza en el agarre y se reclinó para cerrar los ojos sentado sobre el vater que compartiria una experiencia más con él.

Al final de las escaleras estaba la habitacion de Christopher. La puerta estaba forrada con tiras de cordon policial robado. Habia ropa por toda la moqueta y un tanga azul colgaba de una lampara de lava, atenuando la luz roja de las sombras de las paredes que proyectaban los globulos de cera sin forma. Entre la ropa, al pie de la cama habia un par de altavoces que estaban sintonizados a una emisora de los 90'. Grunge llenaba el aire de la habitacion mezclandose con el denso y dulce olor a marihuana.

En medio de la cama estaba Christopher tumbado, completamente desnudo y sudoroso. Un brazo rodeaba a una chica que dormia silenciosamente sobre su pecho y la otra mano se encorvaba sobre un canuto que llevaba a su boca, expulsando tranquilamente una nube de humo hacia el poster del Gran Central Station que habia colgado en el techo. El maquillaje de la cara de la chica empezaba a correrse. Christopher observaba como sombras moradas se extendian en perpendicular dibujando enormes elipses alrededor de sus ojos por efecto de la gravedad. No pudo contener una carcada y comenzó a ahogarse con el humo que habia inhalado. Los espasmos de su cuerpo arrojo ceniza candente sobre la piel desnuda de la chica que se puso de pie de inmediato con un gritó. Chrsitopher siguió tosiendo y riendo mientras se incorporaba contra el cabecero de la cama y se volvia a encender el canuto.

Un movil sonó desde debajo de un par de pantalones y un sujetador. La chica lanzó una mirada de odio a Christopher pero iba demasiado colocada como para abrir la boca, otra vez. Retiro el movil de cuclillas del bolsillo del pantalon y lo miró. '...mama...'dijo para si misma. Comenzo a recoger su ropa. 'Te vas ya?' Preguntó Christopher cogiendo el tanga de la lampara de lava. La chica gruñó y asintió con la cabeza mientras se agachaba a ponerse los calcetines. Christopher le tiró el tanga a la cabeza y acertó. Empezó a reirse a carcajadas convulsionando de la risa en el sitio. El canuto volvio a desprender ceniza que esta vez cayó sobre él. 'Mierda!' dijo él frotandose histericamente con la mano libre. Ella soltó una carcajada sin fuerza. 'Ciao' dijo la chica con una sonrisa. Christopher levantó la vista y se despidio con la mano mientras tomaba otra calada. La chica desaparecio por la puerta forrada de cordon policial y Christopher apagó el canuto y cogió la lampara de lava de la mesilla de noche. Desenroscó el cristal con cera roja para quedarse con la plataforma. Abrió una ranura y saco una videocamara de su interior. Mientras rebobinaba, una voz femenina chilló desde detras detrás de la puerta. Christopher se levantó de la cama y cogió el bate de beisbol que habia al lado de la puerta. Abrio la puerta y bajo las escaleras, bate en mano, completamente desnudo.

Llego al final del tramo de escaleras para encontrarse con la chica petrificada acurrucada en una bola en el pasillo frente al comedor. 'Estas bien?! Que ha pasado?' dijo Christopher inclinado sobre ella. La chica apunto hacia el intrior del comedor. Huellas de sangre recorrian el suelo desde la mesa hasta la cocina. Huellas de manos cubrian por completo todas las puertas y cajones de la cocina que yacian abiertas. Christopher sostuvo con fuerza el bate rezando porque tantos años de practica le diera al menos punteria y eficacia. Siguió el rastro de huellas de sangre a traves de la cocina hasta la puerta del baño. Chrsitopher se quedó boquiabierto y el bate sonó, madera contra madera al caer al suelo de golpe. 'Papá!!' gritó Christopher corriendo hacia el cuerpo frio e inmovil de su padre cubierto de sangre. La imagen de su padre tendido sobre el inodoro le habia quitado el colocón de golpe. 'Llama a una ambulancia!' gritó hacia la chica. 'Llama a una puta ambulancia!' Christopher corrió hacia donde estaba la chica, pero no habia nadie. La muy zorra se habia ido.

Cogió el fijo para marcar el numero de Emergencias, pero vió la mesa del comedor. Un bufet libre de polvo blanco y sangre coagulada. Colgó el telefono y corrió a la habitacion. Agarró una manta y un calzoncillo del suelo. Bajo corriendo, se puso el calzoncillo y enrollo a su padre en la manta. Le cogió en brazos y le saco de casa y le metió en el coche pisando a fondo para salir del garaje. La adrenalina que le fluia por el cuerpo le inyectaba los ojos de sangre mientras corria cada vez mas por la autopista. El corazon se le aceleraba, el coche tambien, pero el pulso de Daniel Blake no. 'Papá! Despierta, coño!' gritaba Christopher desde el volante. En el asiento de al lado su padre perdia color por segundos. Mientras volaba por la autopista empezo a rebuscar por la guantera, arrojando papeles y recibos por el suelo y sobre los pies de su padre. 'Papá, me oyes?' Christopher cogió un cartucho de pelicula vacia y lo abrió con una mano tirando la tapa al suelo. El coche redefinia la linea recta por la autopista mientras Christopher se echaba un puñado de polvo blanco en la mano libre y lo llevaba a la boca de su padre. 'Despierta coño' Sin mirar, Christopher metio el dedo en la boca de su padre y trató de untarle un poco de estimulante en las encias. Con una mano en el volante, le abofeteó un poco. 'Papá, papá!' Daniel gruñó y movió la cabeza un poco. 'Me oyes, papá!? Papá?' dijo Christopher. Su padre abrio los ojos un poco. 'Te estoy llevando a un hospital! Aguanta un poco'
Christopher siguió gritando tratando de mantener despierto a su padre. Pero Daniel Blake no volvió a parpadear. Christopher siguió conduciendo por la autopista, con las ventanillas bajadas, y el viento azotandole la cara, mientras el cuerpo de su padre se enfriaba enrollado en la manta en el asiento de al lado. Aquella noche, Christopher siguió conduciendo por la autopista hasta que se le secaron las lagrimas. Condujo hasta el amanecer y aparcó bien entrado al desierto frente a una señal metalica. Arrancó de nuevo y estrello el coche sobre la señal, que se dobló. Repitió el proceso hasta que se partio en dos. Salió del coche, abrio la puerta, cogio el cuerpo de su padre y lo llevo junto a un par de rocas alejados de la carrertera. Volvio y recogió la señal recortada frente al capó abollado y regresó al cuerpo de su padre y empezó a cavar. Nadie deberia saber que Daniel Blake habia muerto. Anocheció y Christopher aun estaba en el desierto unicamente en calzoncillos llenos de polvo rojizo, con las manos sangrando sobre la señal de trafico. 'Adios Papá' dijo en voz baja y regresó al coche. Tiró la señal a un lado y comenzó la vuelta a casa. Habia sido una una noche muy larga.

Supongo que el mundo esta sujeto al cambio y las cosas siempre pretenden cambiar poco a poco, pero Chrsitopher se aseguraria de que no lo harian. Pero antes, debia asegurarse de que el resto de la familia no se enterase.

War



Y mientras vosotros os lamentais de vuestros fracasos, en vuestras inútiles busquedas acabadas en desamor; yo me escondo en lo unico que encuentro. Un sexo sin sentido que llena temporalmente el vacio, que me permite sonreir tan solo de vez en cuando, aunque solo sea de vuestra ingenuidad.

Jack se levantó de delante del espejo. Estaba harto de mirarse a si mismo y escuchar a la voz al otro lado del cristal. Cuanto mas le escuchaba, mas se notaba las palabras que se dibujaban en la humedad empañada de su reflejo: HIPOCRITA

Atrevete a ser Creativo


Mis mejores ideas siempre han nacido en el retrete. Es mi templo. Simplemente... salen solas. Sin aviso, ni motivo. Claro que, ¿quien dijo que habia que tener un motivo para hacer lo que fuera? Escribo, fotografío, experimento, estudio, entreno, respiro, como, follo y duermo porque quiero. Y sobretodo porque lo necesito. No tengo motivo para ello, salvo el que me aflora solo. El sentimiento de hacer lo que sea, porque quiero hacerlo. Por mi mismo, y por querer compartirlo con el mundo.“El arte por el arte”, supongo. No quiero cambiar el mundo, solo seguir viviendo y creando algo en el. Solo quiero seguir pariendo ideas, sentado en mi retrete.

Sexo freudiano


'No te corras, no te corras' le decia susurrando mientras su lengua se deslizaba entre sus labios .
Ella apreto los muslos contra sus orejas enrojecidas, arqueando la espalda y agarrandose a las sabanas.
El le guiñó el ojo. 'Psicologia inversa'

Untitled part 1


Sexologos siempre andan buscando abrirnos la mente para abrirnos las piernas. Cualquier excusa es buena supongo, pero abrirse de piernas nunca es suficiente. En el sotano de una casa en una pequeña ciudad en el Este, vivia Jack. Algunos decian que necesitaba ayuda. Pero los que le conociamos, soliamos acudir a el en busca de ayuda.

A la edad de veintiun años aun tenia posters y comics vomitados por las paredes, y un compendio de cables, condones y calcetines que reinaban el suelo creando la indistinguible flora y fauna de su habitacion. Jack estaba sentado frente al ordenador oliendo las bragas de su ex novia...una de muchas. Con los calzoncillos por las rodillas volvio a meter el tanga en el cajon, con el resto de su colección y se limpio ls manos. Se subio los pantalones y luego la bragueta. Eran casi las doce y empezaba a llegar tarde.
Jack nunca era puntual asi que era costumbre que le dijeramos las horas a Jack con media hora de adelanto. Aun asi, nunca llegaba cuando tenia que llegar, excepto la noche que conocio a Bonnie.

Los unicos amigos que encontro tras la adopcion fueron los que se escondian entre libros. Sus fantasias amueblaban su habitacion convirtiendola en su biblioteca personal. Mientras que las paginas de historias que le contaban los libros secaban sus lagrimas y cada vez le alejaban poco a poco de su infancia y del mundo real.
Bonnie llego a casa corriendo del colegio agarrando con fuerza un bulto envuelto con una tela. 'Ya estoy en casa Papá' gritó mientras subia corriendo por las escaleras. Entro en su habitacion y tiro el bulto sobre la cama. Miro por el pasillo y cerro la puerta. Odiaba a su padre por no dejarla poner cerrojo en su puerta. Abrio el bulto y se le abrieron los ojos. Era un libro enorme, y lo abrio de golpe. A medida que Bonnie iba pasando paginas su mirada se concentraba mas y sus mejillas se enrojecian. Sus oidos comenzaron a plapitar hasta que solo escuchaba el texto bajo cada dibujo. '...el debera colocar sus manos entre sus muslos, al menos que sea una chica muy joven, para lo que entonces debera colocar sus manos firmemente sobre sus pechos.' El pomo de la puerta sono, y en un instante el libro estaba debajo de la cama. 'Cariño, sabes que no me gusta que cierres la puert
a' dijo su padre abriendo la puerta abierta.'Quieres algo?' dijo el. 'No gracias' dijo Bonnie aun tumbada sobre la cama, ruborizada. Su padre se fue. Bonnie suspiro y cogio el telefono para llamar a Sara. No le gustaban las fiestas pero tenia que salir de casa.

Era el cumpleaños de Sara, la unica amiga humana de Bonnie. Sara era estudiante de dia y stripper de noche. Su filosofia era que tenia que aprovecharlo mientras la gravedad no le hiciera efecto. Al contrario de lo que piensa todo el campus, se conocieron en la biblioteca, estudiando. En una de esas noches que Bonnie recordaria para el resto de su vida. . Vivia sola en el centro de la ciudad. Sentada en un sillon le hundia la lengua en la boca de una chica con el pelo rosa mientras un chico le mordisqueaba el hombro al ritmo de la musica. Por algo era conocida por dar las mejores fiestas de toda la universidad.

Jack esperaba frente al portal de Sara que le abrieran. Seguia dando vueltas entre los dedos a una tarjeta. La tarjeta leia: “Willies Night Club”. Y por detras: “Ven el Sabado 7 Ave & 63St. 01:00” Jack se habia topado con el local de “Willie”hace un par de noches en uno de sus paseos nocturnos tratando de quitarse a su ex de la cabeza. La chica de la peluca blanca que le atendio fue muy atenta. Y Jack no dudo en recompensarla como solo el sabia. Ahora no se acordaba muy bien del nombre...Divine...o Diamante...pero que mas daba si nunca usaban nombres reales. Lo unico de lo que se acordaba de esa noche era la tarjeta y los besos de la cariñosa desconocida. Volvio a timbrar tres veces. La verja vibro, se abrio con un chasquido y Jack entro.

Sara salio del baño con el pelo revuelto y con la minifalda subida por encima del culo. Se recomponia ante miradas lascivas que rondaban la casa. Se metio el dedo en el oido y agito con fuerza como si tuveira agua dentro del oido. Un timbre iba desacompasado con la musica desde hace un rato. Miro hacia la puerta y se acerco mientras se alisaba el pelo con las manos.
En el sexto piso Jack se paraba frente a una puerta entreabierta que filtraba un remix de perfumes, tabacos y otras cosas que se perdian entre el pulso de Jack. Una chica abrio la puerta y le sonrio. Jack le extendio la tarjeta del Nigt Club de Willie y le pregunto 'Diamante?' Ella siguio sonriendo y le hizo un gesto con los dedos para entrar mirandole de arriba abajo. 'Seguime' dijo ella. Jack la siguio en silencio por el pasillo infestado de cuerpos drogados por la musica, por el humo o por la pasion. La chica entro en una habitacion con una lampara tenue roja y cerro la puerta detras de el. Cogio a Jack y le empotro contra la pared besandole apasionadamente mientras le desnudaba a su voluntad, besandole la piel de su pecho bajando hasta su calzoncillo.

El pulso de Jack se habia acelerado y la unica melodia que escuchaba era un pitido vuelto sirena en su timpano. Ella sacouna bolsita diminuta blanca del sujetador. 'Te importa?' dijo ella. 'No' logro decir Jack. Se desnudo por completo delante de Jack salvo por la bolsita blanca y le dio la espalda. Se postro ante el para apoyarse en el tocador. Jack acariciaba sus cadera lentamente mientras ella esparcia los polvos blancos sobre la mesa. Cada vez que ella se acercaba mas a la mesa para inhalar, mas se apretaba contra el, mientras el la envolvia por la cadera con sus brazos tratando de acompasarlo a cualquiera que fuera el ritmo que se estuviera escuchando fuera.

Jack cerro la puerta detras de el tratando de no hacer ruido y de no pisar a ninguno de los que dormian acurracados de tres en tres semidesnudos y sudorosos. Caminando a puntillas por el pasillo abrio una la puerta de lo que parecia un baño y entro. Abrio el grifo para lavarse las manos y a medida que cerro el grifo diviso un gemido mudo que estallo desde el interior de la bañaera. Jack, toalla en mano se acerco hacia la bañera y aparto la cortina para encontrar a Bonnie completamente vestida y ruborizada con un libro enorme entre las manos que le tapaba medio cuerpo. Bonnie sonrio y Jack le aguanto la sonrisa hasta que pudo reagruparse y preguntarle algo coherente. 'Vives aquí o solo has venido por la bañera?' dijo el. Ella hundio la cabeza se ruborizo aun mas. 'Ahhhh!' chillo una voz desde el pasillo. 'Esta muerta!' dijo otra voz. 'Llamad a una ambulancia!'. Jack mira a Bonnie y tiro la toalla 'Creo que deberiamos irnos, al menos que quieras quedarte a ver como esto se llena de “autoridades non gratas”.' le dijo extendiendole la mano. Bonnie agarro el libro bajo el brazo y se aferro a Jack mientras se dirigian apresuradamente hacia la puerta, buscando algun refugio para esa noche, lejos del mundo que les rodeaba.

Cine de verano


Hasta que cumpli diecinueve nunca habia visto a mi padre dormir en el sofa. No es que mis padres nunca hubieran discutido. Ha! Solo que hasta los diecinueve nunca tuvimos sofa.
Nos acurrucabamos en cojines, poufs, mantas o las sillas del comedor alrededor del televisor y el vhs sin usar. Habia variedad asi que nuestro trasero era quien mandaba.

Los veranos eran lo mejor. Mama cogia el turno de madrugada en el hotel y papa el turno doble del taxi. No nos veiamos mucho, entre el calor y los horarios. Pero los domingos por la noche, siempre nos veiamos a la hora de la cena. Lo recuerdo porque papa siempre hacia esas comidas precocinadas en el micro que eran lo unico que sobraba de la semana, mientras mama se maquillaba. Y justo antes de que mama se fuera, nos sentabamos a ver una pelicula.

En aquella epoca las peliculas se nos hacian casi interminables. Las pausas para anuncios eran una bendicion divina porque nos daba la oportunidad de levantarnos para recobrar la sensibilidad en las nalgas. Al cabo de los años, nuestros traseros estaban curtidos como el puño de un karateka. Nadie nos quitaba nuestras noches de pelicula.

El mejor verano de todos fue en la que diagnosticaron a mi madre con cancer. Ella admitia fumar tres cajetillas al dia. Pero a papa y a mi nunca nos salian las cuentas. Ese verano mientras mama estaba en la clinica y papa le decia a los medicos como hacer su trabajo, consegui un trabajo en el cine de la calle Adams. Ya sabes, para pagar las cosas por casa mientras mis padres estaban fuera.

En mi primer dia conoci a Angie. Angie era la maquinista que cambiaba los rollos del proyector. Siempre llevaba una camiseta de tirantes que andaba llenando de aceite de motor mientras te hablaba por encima del hombro con ese cigarrillo en la boca que no se sacaba ni para hablar. No tendria ni un par de años mas que yo pero parecia una de esas chicas que salian en los carteles que anunciaban en letras grandes y luces a la entrada del cine. Igual no era el sueño de todo adolescente de esa epoca, pero para mi, era una diosa.

Live together, die alone



La vida parece un jazz de los 80 a medianoche.
Improv's y off beats,
claxones y gritos,
decisiones,
secretos al tempo del ritmo urbano.
En las calles, las luces de los semaforos cambiando de color
a la vez que rigen la musicalidad de la noche cuan compositor.
Los deambulantes por las aceras mojadas que cruzan sin mirar
circulan, paso a paso,
paso a paso
en un caminar incesante,
un andante moderato que tintinea sobre el trasfondo.
Una base monotona a la sinfonia nocturna.

Verde.
Allegro agitato.
Un movimiento frenetico como un palpito cardiaco en las arterias de la ciudad.
Los coches se disparan energicos por avanzar por los laberintos
desgarrando el caucho contra el asfalto.

Ambar.
Precipitando el doble silencio, a por venir,
el palpito se vuelve un frenesi por salir de esa jaula temporal
y violan de manera instantanea la armonia reinante.
Un caos orchestral,
asincopado con el sentir de las decisiones del dia a dia.


Y en medio de ese tren desbocado
solo estas tu.
Los caminos de esa sinfonia vital son
como los antojos bipolares
de un perturbado mental.
El futuro que tendras hoy
no es el mismo que tendras mañana,
gracias a los pentagramas inciertos
de la partitura
que es tu vida.
Una vida
en la que por muchos que coincidan
con nuestra propia pieza musical es mera coincidencia,
ya que no todos los musicos son iguales
y cada partitura sera distinta.
Llegara el desvio en los railes del tren
y cada uno tendra su propio solo
hasta encontrarse con la muerte.
Un silencio extendido.
Un eterno semaforo en rojo

En busca del placer prohibido



'Espero que te guste el sexo' dijo ella, escondiendose entre su melena. 'Y si te dijera que no?' dijo Jack 'Pues tendria que convencerte' dijo ella, mirandole fijamente a los ojos.

Esa tarde ella habia aparecido sin aviso. Era la primera vez que estaban solos y tonteaban torpemente. Ella, algo timida e intimidada. El, pillado por sorpresa. No habia tenido tiempo de afeitarse y era algo consciente de ello. Ambos trataban de dirgir la conversacion a algun lugar remoto y sensual, sin éxito.

Entre risas, sonrisas y torpes caricias inadvertidas el deseo se mantuvo en un filo. Ambos se deseaban. Y ambos lo sabian. Jack la envolvio con el brazo. 'Bueno y a que debo el placer de tu compañía?' dijo el mirandole la boca. 'Querias verme, no es asi?' dijo ella, mirandole fijamente a los ojos. 'Si, queria ver esos ojos verdes en persona' dijo el apartandole un poco el pelo. 'Solo eso, nada mas?' dijo ella, ruborizandose en la oscuridad de la noche. 'Si, pero..' dijo el. 'Pero, que?' sijo ella preocupada. 'Espero que te gusten mis besos' dijo con una sonrisa y guiñandola un ojo.

A Jack le dolia el frenillo de la lengua de tanto comerla el coño. El sobreesfuerzo habia valido la pena. Ambos estaban tumbados sobre el colchon. Ella, envolviendo un cigarro entre sus labios. El buscando formas en el gotele del techo.

La mirada de Jack se desperto, y sonrio. Descendio hasta el pie de la cama, lentamente para no alarmarla, y empezo a recorrerle los muslos con la lengua. 'Donde vas?' dijo ella, tratando de no ahogarse con una calada. 'Segundo asalto' dijo el,con una sonrisa picara. Ella le contesto con una sonrisa picara y apago el cigarrillo. 'Espero que te guste el sexo...tanto como a mi' dijo el, entre sus muslos mientras ella clavaba las uñas en las sabanas.

Una noche mas


El Señor es mi Pastor, nada me falta. Sexo, amor, celos, odio, rabia, hambre. La pasion es nuestro motor. Nada nos falta. Nuestro Cristo Redentor del siglo veintiuno es nada masy nada menos que el sexo opuesto.

Jackse aparto del ordenador con disgusto. Apretaba los puños y aunque no hubiera comido nada, su boca le sabia amarga. En la pantalla, un correo de Sara. Hacia un par de meses que no sabia nada de ella, y le tampoco le hacia falta. Las palabras: "...he conocido a otro" encabezaban el correo y la cara de Jack enrojecia por momentos como una fresa madura.

Ya era de noche, y Jack recogia los calcetines sucios de su habitacion. Hacia un par de semanas que no lo limpiaba. Desde entonces, la leche de los cereales, las migas de la pizza de la noche anterior y manchas del ultimo encuentro sexual se habian acomodado sobre la moqueta.

Se apresuro en limpiarlo todo y airear la habitacion. Acabo de cambiar las sabanas y de ordenar la caja de condones de la mesilla de noche. Era casi medianoche, y aun no habia decidido a quien llamar. Aun tenia ese sabor amargo en la boca y no esperaba a que se le fuera a quitar solo.

Mientras Jack se lavaba los dientes, retocandose los ultimos detalles para salir por la puerta, le sono el movil. Jessica era una chica belga que habia conocido unas noches atras en un concierto. Tenia el pelo claro y una sonrisa deslumbrante que...le gustaba. Jack, le contesto pero esa noche Jessica no le podia ayudar.

Jack miro el movil y llamo a Ana para tomar unas cervezas y si todo iba bien, volver a casa a disfrutar de la habitacion recien limpiada. Jack rebusco en los bolsillos para comprobar que tenia las llaves y saco un colgante. El colgante que le habia regalado Sara en aquella isla donde pasaron Año Nuevo.

Jack se limpiaba las lagrimas con la manga mientrass guardaba el colgante en un cajon. Sara siempre decia que los recuerdos se llevaban en el corazon, no en la habitacion...pero supongo era una de las cosas en las que nunca se pusieron de acuerdo.

Jack, se sento en el sofa, se trago ese sabor tan amargo que tenia en la boca y respiro hondo. Esta vez, volvio a coger el movil pero no para llamar a Ana. Y no para llamar a Sara.

'Pizza Hut que desea?'

Baby, please


Quiero atender, pero no puedo ver. No consigo ver lo que pone en la pizarra, y las caras de mis compañeros se funden entre si. Me aprieto y miro mis apuntes pero no puedo distinguir las letras del papel que tengo delante.Apoyo la cabeza contra los brazos y suspiro.

Levanto la cabeza y abro los ojos. Miro al profesor pero solo siento como me palpita. Me palpita y bajo la mirada.Oigo un pitido continuo y el bulto en mi pantalon apunta hacia mi izquierda. Esta muy caliente y muy dura. Puedo sentir como se me hinchan las venas y paso una mano por encima para apretarla. Hay una chica que sentada a mi lado. Me aprieto mas fuerte imaginadno el tacto de sus manos heladas sobre mi hirviente y palpitante piel desnuda. Quiero sentir ese alivio, como me drena la energia haciendo que pierda el control sobre su cuerpo.
Quiero estar en casa, solo. Bueno, solo no. Quizas encerrarme en mi habitacion con la musica muy alta, y las luces apagadas. Esta vez me acordaria de cerrar las ventanas. Asi los vecinos, no escucharian los ruidos que le emita.
No es fea, pero se echa demasiado maquillaje.Parece una segunda piel echa de plastilina y sebo de ballena. Hoy no se ha echado tanto y parece aburrida. Seguro que se le anima la cara si me metiese debajo de su cajonera y le deletreara mensajes dentro de ella con la punta de mi lengua. Me moje los labios con la lengua. Me dolia la cabeza y se me estaban calentando las mejillas.

No puedo evitar ver como pone sus labios sobre el boligrafo que sostiene firmemente con toda la mano. Me empieza a palpitar la cabeza y ella pone el boligrafo sobre su lengua y cierra completamente la boca, mientras se echa para atras y pasa sus manos por encima de su abdomen hasta el cinturon para colocarse la camiseta. Aparto, la vista y cierro los ojos. Dios, la bragueta me hace daño. El profesor hace gestos redondos con sus manos. No puedo verlo pero lo imagino como si el profesor me estuviera dibujando un lienzo. Lo he visto antes pero nunca me lo habia imaginado sin pantalones. Braguitas blancas sobre una piel tensa y suave como la piel de un melocoton, contornoeandose en una pasarela infinita, tal como se movia Enae anoche. Se le veia un lacito rosa del elastico de las braguitas.... ¿o seria un culotte? No, Enae solo usa tanga,le gusta que el hilo se le meta por el culo. Me esta mirando, y estoy empezando a tener calor. Mierda, espero que no sepa leer al reves. No deja de mirarme. Creo que deberia dejar de escribir. Quiero estar en mi habitacion a solas.

E.R Radio Edit



No se cuantos dias han pasado, pero me sorprende no estar delirando tanto. Cuando salga de esto, me gustaria preguntarles por la droga que me estan dando. Morfina? Algun analgesico modificado? Sea lo que sea, pero llevo mas de 24 horas sin preocuparme por si me voy a ahogar con los tubos de oxigeno o si los urinarios estan lo suficientemente limpios. La cantidad de revistas amontonadas al lado de mi cama se han duplicado, y la bolsa de suero parece recien cambiada. Aun no hay nadie en la habitacion. Miro por las rendijas en la cortina. Sera demasiado pronto. Bajo la manta un dolor abrasivo se extiende por debajo de la gasa que me cubre el abdomen. Busco el mando con la mano con el catéter para pulsar el boton azul. Ahhh, eso esta mejor. Me vuelven a pesar los parpados. Ya me despertaran.

Abro los ojos media bolsa de suero despues, para encontrarme con el medico y dos enfermeras en la habiatcion revisando mi informe. Una de las enfermeras se acerca a la ventana y corre las cortinas, quitandome de golpe la ereccion matutina que comenzaba a causarme dolor bajo la gasa.
La otra enfermera me entrega el alta, mientras la miro perplejo. Aun tengo sangrados frecuentes y no he recuperado la movilidad. Sin embargo, entre las dos me agarran de los brazos y antes de que tenga tiempo para protestar me estan forzando en la silla al lado de la cama completamente desnudo. Dicen que me viene bien, pero el dolor me impide sospechar en voz alta que solo lo ahcen para dejar libre la habitacion. Mientras me dejan sin mas que una bata y el papel del alta, encuentro que el catéter de la mano se ha soltado. Ahora, el tubo que esta incrustado en mi mano no va a ninguna parte. Solo al aire. Y he visto suficientes peliculas de Bruce Willis y Mel Gibson como para saber que una inyecion de aire manda una burbuja de aire al cerebro y mueres!

El mando esta al otro lado de la puta cama, y el tubo se esta vaciando sobre la cama. Cojo el puto tubo e intento meterlo en el cateter que sobresale de mi mano, sin éxito. Tiro el tubo y me arranco el cateter con un grito un tanto agudo y grimoso. Siento como si me estuvieran volviendo a rajar el abdomen meintras trato de erguirme. Comienzo a moverme intentando desplazar el culo que tengo hundido en el asiento para poder alargar la mano del todo.El mando esta al otro lado de la cama. La piel bajo la gasa me arde, pero a pesar de ello me inclino hacia delante estirando los dedos hasta tocar el mando. Y mientras me agarro el abdomen con una mano, pulso los botones del mando como una histerica olvidandome que al lado del boton rojo de ayuda, esta el boton azul de calmantes. Me miro la mano sobre el abdomen. Tengo sangre; pero no hay dolor.

Mañana despertaré. Mañana podré caminar, correr, gritar. Mañana es otro dia, pero hoy toca soñar

Hablando entre islas


Los isleños sufrimos mucho de lo que viene a denominarse, aislamiento isleño. 
 
La gente de las islas vivimos anclados a la linea del horizonte. Una sensación constante de infinitud y al mismo tiempo de encierro. Y nos aferramos a aquello que amamos porque siempre sentimos que lo vamos a perder, que nunca podremos salir de esos sitios, aun cuando estamos fuera. “Vivir con la circunstancia de tener el agua por todas partes”, limitándonos, forzándonos a sentirnos prisioneros y loables. Por eso, muchos huimos de esos ambientes, pero algo de eso queda en nosotros, esa necesidad de aferrarse a las cosas. Sin embargo, las islas tiran mucho. Ese rincón alejado del mundo. Esa sensación de estar en un lugar seguro. 
 
Somos gente alegre pero también melancolica. Cada dia vemos el sol salir y ponerse. Y al ponerse el sol, sentimos esa tristeza de que un dia mas haya terminado. Nos afecta mucho ver como se derrama la luz del sol sobre las aguas, como gotas de sangre en un rio. Las noches son mas brillantes aun. Y nos sentimos mas pequeños ante la intensidad con la que brilla la naturaleza. 
 
Todos hemos pasado por esa lucha contra nosotros mismo. Por expandirnos y abrirnos al mundo y aceptar la diversidad del mundo en que vivimos. Es difícil nacer en un microcosmos y descubrir que hay un mundo incluso mas grande al que estabas acostumbrado a ver.
 
Con el tiempo, viajando, descubriendo mas mundo vamos entendiendo que cada uno en si mismo, somos islas. 
 
El acto de descubrirse se asemeja a la muerte. Ese momento de enfrentacion en el que nos negamos a nosotros mismos. Pasando primero por la negación, luego la resignación y después por la aceptación. Parte de nosotros muere, para que podamos aceptar quienes somos. Los momentos mas importantes de mi vida han sido en los que me he enfrentado a mi mismo, no a los demás. 
Lo mas interesante, es que en algunos de esos momentos de crisis he caído en la enfermedad. Es curioso como nuestro cuerpo puede llegar a manifestar las crisis de nuestra psyche. 
 
A nosotros los isleños sufrimos mucho de esa amargura a causa del mundo. Pero, somos muchos los que entramos en conflicto con nosotros mismos.

3/7/12

Dreamer


Jack recordaba a su padre aquella mañana, sentado en su sillon, sostuvo el informe medico frente a sus gafas. Su barriga le presionaba el pecho y seseaba al respirar. Diabetes, tipo 2. 'Que pone aqui, chico?' le dijo. Jack se acerco y se lo leyo. 'Bueno, tendre que perder peso' dijo el, sobrenaturalmente despreocupado.'Guardalo en ese cajon de alli, anda' dijo mientras volvia a coger el mando de la tele y pasar entre los canales.

Mas tarde, mientras Jack le preparaba la cena, su padre se acercó a el y le dio un abrazo con sus brazos masivos. 'Me alegro mucho de que seas mi hijo. Siento perder la paciencia. Solo quiero dejarte todo lo que se, e irme en paz.' dijo su padre. Le solto y subio las escaleras a su habitacion.

Jack se quedo sentado a la mesa del comedor fumandose un cigarro. No solia fumar, y los pulmones le ardian, pero le tranquilizaba. Su padre siempre le decia que las cosas que realmente valen la pena, son aquellas por las que mas cuesta luchar. Saco una foto de la cartera. Jack miro la foto con una calada, mientras descorcho la botella de cristal. Las lagrimas se mezclaban con el alcohol en la comisura de sus labios. Salado y amargo. Solo que a veces cuando uno se encuentra luchando solo, es mas facil darse por vencido.

Se escuchaban los roncidos de su padre, desde el piso de arriba y esbozo una sonrisa. Su padre siempre le decia que nunca era bueno luchar por el pasado, siempre habia que hacerlo por un futuro mejor. El informe medico estaba en el cajon, guardado y apartado. Se habria apostado cualquier cosa a que no volvia a abrir ese cajon. Sin embargo la foto que Jack sostenia entre sus manos no era el viejo malhablado de sesenta años que roncaba como un hipopotamo en el piso de arriba. Era una chica de tez palida con el pelo azabache y los labios pintado de un carmin intenso. Jack recordo el dia en que le dio esa foto. Ella siempre se alisaba el pelo, ocultandose y disfrazandose de alguien que no se parecia a ella. Y cuando Jack se enfado ella le dio una foto con el pelo ondulado hasta mas alla del hombro, su pelo natural.

A menudo, Jack tenia un sueño que se repetia. Estaban en la azotea mas alta, a medio camino entre los edificios de la Gran Ciudad y las nubes del cielo. Era como un palacio. Estaban rodeados de mesas de manteles blancos y copas de cristal fino. Nunca parecia haber mas gente que ellos y era de noche. Las estrellas se mezclaban con las luces de los rascacielos creando un trasfondo realmente excepcional. Parece que se hubiera levantado un lienzo negro y ella es la estrella mas brillante de las miles de estrellas aquella noche.
 Ibas con un vestido negro de saten ceñido, guantes negros y un colgante de turquesas bajo su pelo suelto. Chocaron las copas y ella le sonrio sutilmente mientras tomaba un breve sorbo de su champan. Nunca supo que dijo en ese instante. En el preciso momento en que chocaron las copas de champan se levanto una burbuja. El le hablaba y ella solo asentia. El le contaba un chiste y ella le miraba perpleja. Se sentia un poco estupido pero ella no parecia asustarse, ni indignarse. Ella bebio otro sorbo y le miro a los ojos mientras acercaba su mano a la de el. La burbuja aislaba su comunicación, pero aun sonreia al ver que Jack no podia apartar los ojos de ella. Habian sintonizado diferentes frecuencias pero seguian en el mismo sitio, a medio camino entre la Ciudad y el Cielo. 

Jack se limpio una lagrima de sus mejillas ardientes. Sentia como su corazon cabalgaba en su pecho cada vez que escuchaba su nombre o veia su foto. El mundo se mueve. Algunos se van, algunos vienen. ¿Pero cuando quieres tanto algo, como dejas de esperar a alguien que no va a volver? Igual lo unico que podia hacer era haerle caso a la sabiduria de su padre. Jack subio las escaleras hasta la habitacion de su padre. Su padre siempre  luchar por el pasado solo traia dolor, siempre habia que hacerlo por un futuro mejor. A Jack le ardian las mejillas y su mandibula se tensaba. ¿Como se suponia que debia dejar de luchar por alguien que consideraba su futuro?  Se acercó a el y le dio un beso en la frente. 'Adios papá' dijo Jack en voz baja. Bajo al comedor pensando que Guardo la foto, cerro la botella de alcohol y apago el cigarrillo. Quizas fuera eso lo unico que podia hacer. Aceptar que se iba. Decir adios. Guardo la botella, mientras las lagrimas le empañaban el rostro. Se acercó a la puerta, y apago las luces, sabiendo que el mundo se mueve. Algunos se van y algunos vienen. Y por algun motivo, tuvo la sensacion de que no era los demas los que se iban, sino el. Cerro la puerta. 'Adios papa'





1/7/12

Caduco


Jack siempre llevaba uno en su cartera, pero nunca se atrevia a sacarlo. El, solia decir, que no siempre econtramos la fuerza de poder atrevernos a hacer lo que debemos hacer. Pero, a veces, lo unico a lo que nos atrevemos a hacer, es todo aquello que los demas miran con desprecio. Los condones nunca fueron de su gusto. Decia que cuando el amor flaquea, es el dolor y el odio lo que nos da fuerzas, de seguir hacia adelante, aunque sea en la direccion equivocada.
Jack penso por un segundo en el condon de su cartera. Quizas la fecha de caducidad ya estuviera vencida. No lo recordaba. ¿Como seria un condon caducado? Debilitado. Facil de aplastar. Desgastado por el tiempo como una ereccion sin atender. Como todo, la fuerza de las cosas se cae bajo su propio peso si no se aprovechan, porque todo tiene fecha de caducidad, hasta los momentos.

'Dejalo. No hace falta. Te prometo que no tengo nada.' Ella jadeaba contra su pecho mientras restregaba su cadera sobre la suya, tanteando lentamente si sucumbir al placer y hundirse en el. 'Porfa, pontelo' susurro ella con la voz entrevortada. 'De veras. Confia en mi.' dijo Jack agarrandole de la cadera y guiando sus movimientos, provocandola. 'No... no puedo. Espera!' dijo ella dando un salto de la cama hacia su armario. Ella volvio con un sobre laminado entre sus dedos y Jack se puso de pie. 'Pontelo, porfa' dijo ella acariciandole el pecho. 'No puedo' dijo Jack. Ella el cogio el dedo y se lo llevo a la altura de los labios. 'Se que no te gusta, pero te lo compensare' le dijo mientras se lo introducia en la boca.

Jack saco el dedo y se dio media vuelta. 'Tengo que irme' dijo mientras comenzo a vestirse. Ella le agarro la ropa y le tiro contra la cama. Bajo con sus labios hasta la altura de la cadera de Jack que aun mantenia la ereccion. Jack permanecio inmovil unos instantes, reprimiendo los gemidos que nacian en crescendo. 'Para, porfavor' dijo el apoyando su mano sobre su cabeza. 'Como quieras, cariño' dijo ella con una sonrisa, relamiendose los labios. Le rodeó hasta colocarse a la altura de su cabeza. Le dio un beso y se colocó con sus rodillas a cada lado de el dando la espalda. Empezo a restregar su cadera sobre el como lo habia hecho antes. El le agarro de la cintura, sin saber si guiarla o quitarla. Era placentero. Arrimo sus nalgas a su cara mientras le colocaba el condon. Se seco la cara con el reverso de la mano ella comenzo a moverse ritmicamente, cabalgandole.

Jack cerro los ojos, en parte por el placer, en parte por el alcohol. Pero, con cada embestida con la que ella caia sobre sus caderas hacia que el entreabriera los ojos. Jack trató de apretarlos con fuerza. No los queria abrir. Sentia el condon sobre su piel. Las embestidas eran cada vez mas fuertes y los choques le agitaban mas. Trato de agarrarse a las sabanas. Intento en vano. Tras las grietas que se abrian en sus parpados pudo ver el cuerpo prieto de la chica emborrornarse hasta convertirse en su ex. Trato de apretarlos con mas fuerza y apartó la cara para no verla. Ella se arqueó hacia atras y comenzo a masajaearle los genitales mientras movia su cadera apretandola mas contra la de Jack. Sintio como se hundia cada vez mas dentro de ella. Clavo sus uñas sobre su pecho y abrio los ojos ligeramente con dolor y placer para ver su reflejo en el espejo del armario. No se enorgullecia de su reflejo. Tenia la piel mas morena de lo habitual, el pelo negro...un cuerpo mas delgado. Trato de concentrarse pero no pudo mas que ver a otro en su reflejo. Invadido. Intoxicado. Envenenado por el recuerdo de otro. Jack lloraba, en silencio.

La chica, apreto sus caderas sobre el y comenzo a moverse mas rapido, mandandole rapidamente a un eyaculacion masiva que lleno el condon dentro de ella. Jack le empejo y le tiro sobre la cama mientras se puso de pie. Ella sonrio, estiro la mano y cogio el condon que se habia quedado dentro de ella desde un extremo y salpicando la cama. Jack se sento al borde de la cama, limpiandose los ojos.

El le miro a ella. Esos ojos tan familiares. Ese cuerpo que conocia a la perfeccion. Ese pelo azabache y labios pintados de rojo. No era la chica que habia conocido esa noche con una copa de ginebra de garrafon. Era esa chica que conocio hace tantas noches, en la universidad de un amigo, cruzando una mirada. Era esa chica con la que habia compartido tantas lagrimas y sonrisas, tantos abrazos  y despedidas. Era esa chica que ya no dormia al otro lado de su cama, ni compartia los cajones de su armario.

'Esto no ha terminado' Se volvio a abalanzar sobre el, mientras en el espejo, era otra quien le hacia el amor a Jack. Apreto los ojos, y unas lagrimas se escaparon de entre las grietas. Ella nunca le habia pedido que se pusiera condon. Nunca. En el espejo, el recuerdo de la chica del pelo azabache le follaba ahora le follaba sin condon a el. Como los viejos tiempos. Abriendo viejas heridas. Ella le follaba, pero no a Jack. Era otro. Otro al que habia follado sin condon. Otro al que hizo el amor igual que a Jack. Sintiendole dentro por completo. 'No te corras dentro, vale?' dijo ella entre gemidos. 'No.' dijo el. No pudo dejar de mirar al espejo. Como quien ve una pelicula y no acaba de creer lo que esta pasando. Ella comenzo a gritar hasta caer sin furzas sobre su pecho. Jack le aparto, y le apunto a los pechos, salpicandole mientras gemia langida sobre las sabanas. Lagrimas caian de los ojos de Jack para mezclarse con el semen en sus manos y en la chica.

Los latidos del corazon de Jack sonaban huecos como golpes en un ataud. Una noche mas sin dormir. Una vez mas sin condon. Un condon mas que abre brechas en su corazon. Jack abrio el armario de su casa y saco sus zapatillas de correr. No habia dormido, pero eso que importaba. Estaba amaneciendo y tenia que trabajar. Si no tenia cuidado, llegaria sin aviso su fecha de caducidad. Seria aplastado por su propio peso. No podia rendirse. Solo podia seguir hacia delante. Aunque fuera como una carcasa vacia. Solo quedaba mirarse al reflejo y algunos dias enorgullecerse del hombre al que veia en el reflejo. Mientras, seguiria esperando que hasta el dolor tambien tenia fecha de caducidad.

Thank you, come again!