Desire

Estas preciosa en ese pijama de seda negro que tanto me gusta y tan pocas veces te pones. Tumbate sobre tu cama y respira hondo. Trata de escuchar como el viento, sopla firmemente contra tu ventana. Te retuerces bajo las sabanas, inquieta, pero respira hondo.

Imagina que estas bajo el cielo apagado. Al aire libre, en algun tipo de valle, cerca de la orilla del mar. Imagina que la oscuridad que invade tu techo de tu habitacion es solo el cielo de verano. Ni una nube a la vista. Imagina tu techo cubierto de estrellas brillantes, y que puedes sentir la brisa recien nacida golpeando contra tu ventana. Imagina que puedes oler la sal en el aire y escuchar el ritmico rugir de las olas que llegan a hacerte cosquillas en los dedos de los pies con la espuma. Rueda sobre tu hombro y abrazate a la almohada e imaginate que soy yo. Soy yo el que esta a tu lado, bajo las estrellas, sobre la hierba iluminada que se agita suavemente con la calidez de una brisa nacida de las olas sicilianas, mientras te conjuro este sueño con un susurro.

Cierra los ojos e imagina que estoy a tu lado, recolocandote un mechon perdido sobre tu rostro, tras tu oreja. Aunque sepa que no te guste. Siente como te rodeo con los brazos por detras, acariciando las curvas de tu espalda y los hombros, levemente con la punta de los dedos. Siente la calidez de mi aliento sobre la nuca, mientras te rozo la palma de tu mano con la mia. Curvando mis dedos, arruga a arruga, en tu mano, hasta cubrirlo por completo. Me devuelves el apreton, como si mi mano fuera un jarron fragil, que jamas te atreveriasa romper y te acurrucas contra mi, como si estuvieras en una caverna y yo fuera tu pared pintada a mano. Te acerco a mi, y te beso suavemente el cuello , mientras te tapo con la sabanas blanca. Sonries y te agarras a mi brazo de plumas de oca, cayendo en un sueño cada vez mas profundo. “Buenas noches” susurras con los ojos cerrados, pero con una sonrisa pintada sutilmente sobre los labios. La almohada no te devuelve el susurro, en tu habitacion. Pero a miles de kilometros, justo antes de cerrar los ojos, yo se lo susurro al mio. Deseando que fueras tu la almohada a la que abrazo esta noche.

Buenas noches, mi princesa