NEVER AS YOUNG AS TONIGHT


As Rant Casey once said, the future you have today is not the same you'll have tomorrow. So, for whatever tomorrow inspires me to write, I'll live today.

Here's
just an outlet of somesort where my keyboard can open up the world I see, for those who care to adventure in it.

An ongoing bilingual portfolio of somesort, seeking for guidance suggestions as well as publishing and publicity.


27/4/10

L.A




'Por qué?'
'Por qué, qué?'
'Por qué coño, seguimos viendo el mundo igual'
'Ya...'
'Prometimos no hacerlo! Ese era el plan, no?'
'Bueno, pues vamos con el plan B'
'Ese era el puto plan B!'

Un hombre de camisa y americana negra, pasea su vista por las estanterias y las faldas de una libreria. Cerca de la seccion de Antropologia, una falda de lirios hace que la expresion de la cara del hombre cambie. Ya no lleva el anillo que le regaló. La morena, es muy alta y adorna sus piernas con tacones altos. La señora que hace que el hombre sintiera tal desagarado, lleva un bolso de cuero al hombro. Y como muchas mujeres suelen hacer, lleva el bolso entreabierto y enlatado de una gran variedad de articulos. Sobresalen, periodicos, revistas, parte de su monedero y un patito de goma que tiene escrito en un lateral: REBECCA, con rotulador indeleble. El hombre levanta ligermente las cejas, y sonrie.
Coge un libro de la estanteria y se acerca a la señora por detras. Abre el libro y hace malamente como si lo leyera, mientras desliza la mano en el bolso de la mujer. Ella gira la cabeza y de ver al hombre tan cerca se aleja con un grito. El hombre aun tenia la mano en el bolso cuando ella se alejo, y del tiron, se ha vertido completamente el interior del bolso sobre el suelo de la libreria. Ella grita. El corre, sonriendo.
Las farolas se inclinan sobre las calles, parpadeando luz naranja, tras los pasos del hombre, que corre despavorido por la acera del Bulevard. Sus zapatos hacen sonidos huecos contra el cemento de Los Angeles, mientras el cielo se apaga lentamente, haciendo mayor contraste con las farolas que iluminan desde la altura. El hombre corre con su sonrisa reflejada en el espejo. Con su mirada escondida bajo sus gafas tintadas. Solo corre y sonrie.

El aire se llena de canticos de sirenas. Coches que suenan como gatos maullando en los callejones.Un coche blanco conduce lentamente por una calle sin farolas. Luces azules y rojas azotan las paredes de las calles, desvirgadas por grafiteros amateur. Firman con el caucho de sus ruedas, en el asfalto de Los Angeles. Tonalidades gris, justo donde se situa su moral.

Una chica rubia, mira directo al barril del cañon de una 9mm, desde detras del cajero. El chico que la sostiene lleva escondidas sus rastas con una bandana azul. Ella tiene un puñado de billetes en la mano y le empieza a temblar el labio inferior. No le quita los ojos de encima. El chico, le grita que deje el dinero sobre la cinta mecanica y que tire el arma. Ella, obedece y tira la escopeta que llevaba en la otra mano. Cae al suelo. Se oyen unas sirenas. Las luces y las sirenas inundan el supermercado. El chico coge los pañales que estaban en la cinta mecanica y sale de la tienda. La chica rubia, cae de rodillas, al lado del dependiente de la tienda que yacia muerto bajo la caja. Sus llantos se hacian mas fuertes. El charco de meado sobre el que se sentaba se hacia mas grande. Y se mezclaba con la sangre que provenia del dependiente. Un agujero de cartucho de escopeta, le mellaba el craneo. En la Ciudad de Los Angeles, veces los estereotipos se cumplen, otras no.

***

El hombre de la americana esta apoyado contra la pared, hiperventilando. Saca de su chaqueta un patito de goma. Un patito de goma amarillo. Se quita las gafas negras. El hombre contempla lo que tiene entre sus manos y se rie para si mismo, con su respiracion entrecortada. Se lo vuelve a guardar en el interior de la chaqueta. Sigue sonriendo.

Las sirenas que patrullan las calles, no solo son azules y rojas. EL olor a morfina cubre el de las alcantarillas. El olor a suero usado descansa en la canaleta de la acera mientras camillas azules esperan su proximo cliente. Esperando al siguiente que esta noche encontrara sus sueños en una cama con sabanas, pero no con la persona a la que ama. Otra niño mas, que tuvo sueños fugaces.

El chico de pantalones anchos camina por la acera de una calle sin farolas. Apaga el mp3 y se sube los pantalones; se cierra la chaqueta y se guarda la bandana azul. Mete los pañales bajo su brazo izquierdo y mete las manos en la chaqueta, acariciando su 9mm. Mantiene la cabeza agachada, pero la vista al frente. Oye unos cristales rotos en el callejon a su derecha. Sigue andando, mantiene la cabeza al frente pero comprueba con los ojos, que es solo un gato. Se tranquiliza un poco, pero su mano sigue apretando la empuñadura de la pistola, con fuerza.

***

El hombre de la americana entra por la puerta de su apartamento. Se quita la chaqueta, coge el patito de goma y tira la americana sobre el sofa. Entra en una habitacion pintada de azul, con peluches por el suelo y juguetes super enanos de plastico y de colorines. Camina evitando pisar los obstaculos hasta el baño a escala que hay, atravesando la puerta que hay al fondo de la habitacion azul. Deja el patito de goma, sobre el bordillo de la bañera. Lo gira para que la parte en la que se lee: REBECCA este puesto hacia la entrada del baño. Sale y se sienta en el borde de la cama. Bajo las letras de REBECCA que estan pintadas sobre el cabecero de la cama, una niña duerme placidamente. Le acaricia la mejilla y le cubre con las sabanas mientras ella sigue durmiendo abrazada a un oso enorme. Le da un beso en la mejilla. Ella gruñe, en sueños. Mañana despertara, para encontrar su juguete favorito en el baño. Él lo sabe, y sonrie. Quizas asi, crecer sin una madre sea mas facil. Aunque solo sea por un instante. Aunque solo sea, lo que dure un baño con burbujas, y el patito de goma, que tanto le hacia sonreir cuando todos vivian juntos.


Las sirenas suenan distinto. Los colores no son los mismos. EL caucho se quema contra el asfalto, y el olor no es el mismo. Huele a papel quemado, a ecombros. Huele a edificios caidos, a humo negro. Huele a sueños evaporados. A sueños carcinados en las prisas. Huele a sueños esfumados por no vivir el ahora. Sueños que nunca llegaron a ser, porque ardieron por el camino. Sueños que ardieron, por confiar en el futuro. La manguera ya no funciona. Esta atascada en las decisiones de cada instante. Atascada en como queremos ver el mundo. Atascada, porque seguimos ofuscados en ver las cosas igual. Como si no vieramos que cambiamos. Como si no vieramos que a cada instante que pasa somos distintos. Como un fuego que crece. Se hace mas grande o mas pequño, pero seguimos siendo un fuego que puede extinguirse en cualquier instante.


El chico echa los cerrojos a la puerta del apartamento. Entra en su habitacion y esconde su pistola bajo la almohada. Se quita la chaqueta y coge los pañales. Entra en la habitacion de al lado. En la cama, una señora se da la vuelta y sonrie. El, la da un beso en la mejilla y la destapa y la coge en brazos. Camina hasta el baño con ella en brazos y la sienta en el retrete. Ella le da las gracias, y el sale del baño. En la cocina, saca del armario cinco botes, y se echa en la mano un puñado de pastillas. Contando cuidadosamente, cuantas hay de cada color. Las mismas que todas las noches, las mismas que tendra que sacar mañana. Guarda los botes y lleva el puñado de pastillas al baño con un vaso de agua. La señora, esta cabizbaja, somnolienta. El chico le da las pastillas y la ayuda con el vaso de agua. Deja el vaso sobre el lavamanos. Abre el paquete de pañales. Se acerca a la señora y le coge de las manos para ponerla sobre su propia espalda. Agarra delicadamente el pañal, despegandolo con cuidado de la piel arrugada de la señora y aguanta la respiracion. Todas las noches, y aun no se habia acostumbrado al olor acido de la orina. Coge un pañal limpio y se lo coloco. Ella sonrie, y le da las gracias en un murmullo adormecido. El chico la viste y le lleva en brazos otra vez a su cama. Arropa a aquella señora que aun sonrie ligeramente a pesar de estar dormida.
'Buenas noches, mama'

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