NEVER AS YOUNG AS TONIGHT


As Rant Casey once said, the future you have today is not the same you'll have tomorrow. So, for whatever tomorrow inspires me to write, I'll live today.

Here's
just an outlet of somesort where my keyboard can open up the world I see, for those who care to adventure in it.

An ongoing bilingual portfolio of somesort, seeking for guidance suggestions as well as publishing and publicity.


15/7/12

Mike I



La opinion de un hotel cambia mucho cuando estas mirando al vacio desde un quinto piso. De pie sobre la varandilla del balcon, todo se ralentiza. Noté el olor del aire de la ciudad, de los humos de caucho quemados que comienzanan a corroerme la pituitaria y familiarizarse con el nido de veneno que hay en mis pulmones. Alli desde la repisa me siento ganador del Oscar al mejor fumador de segunda mano, dando las gracias a miles de fumadores que llenaron mis vias respiratorias de humo, a los que jamas tuve el placer de conocer.
Escucho los movimientos de sistole y diastole de mi corazon desde las arterias de mi cuello recubiertas por una capa de colesterol, cortesia de los buffets libre de Max el Magnifico. Los Sabados y Domingos a mitad de precio.
El rugido del motor del vuelo 0718, con destino a Tokyo, sobrevolaba mi cabeza con trescientos pasajeros y una probablilidad del 13% de estrellarse sobre el Pacifico. Cierro los ojos y trato de respirar lo mas hondo que puedo.
Un hilo de sangre descendia velozmente por mi muñeca quedando suspendidos sobre la punta de mis dedos y desnudos ante la caida libre. "Vamos Mike, esto esta tirado" me dije a mi mismo. La puerta de la habitacion del hotel estalló bajo una patada y salté hacia el patio interior del hotel, esperando que el guaperas de la piscina no hubiese bajado el nivel del agua. Mientras la brisa ascendente me despeinaba, oí como dos disparos desfragmentaban el cristal del vental del balcon que comenzaba a perseguirme en mi descenso hacia el charco azul en el suelo. Aguante la respiracion mientras trataba de imaginar brevemente como habria sido la noche si Sara hubiera sabido mantener la puta boca cerrada.

Habia conocido a Sara en un local cualquiera, una noche cualquiera. Lo tipico, mucha gente, mucho humo, muchas luces, mucho ruido. Especialmente mucho ruido. Delante mio una rubia de metro setenta y una camiseta blanca que se le caia por los hombros no dejaba de bailar de espaldas a mi, agitando los brazos violentamente al ritmo de la musica. Se echo para atras derramando de un golpe de cadera mi copa de whiskey sobre mi camisa azul claro, dibujandome una especie de corbata oscura sobre la camisa. Esa criatura torpe era Sara.
'Lo siento!' dijo a gritos 'Estas bien?' pregunto. Yo ya habia cogido un par de servilletas y me estaba frotando la camisa. 'Si, dejalo!' dije yo. Donde coño se habria metido David? 'Que?!' grito Sara. 'Que si! Que lo dejes!' grite yo. Joder acababa de plancharlo esa mañana. 'Trae, te invito a una copa!' dijo ella aun moviendo la cadera al ritmo de la musica y agarrandome de la camisa mojada. Solo habian pasado quince minutos desde que se habia ido David de la barra. Quizas le habia pasado algo. Puede que se haya acalorado y haya salido fuera a por aire. Y que estando fuera se desmayara. Y que estando en el suelo unos tios la hayan cogido, metido en un coche y se la hayan llevado para pedir un rescate. Incluso puede que ahora mismo esten en el desierto violandole antes de pedir el rescate! Joder, que coño hago imaginando eso. Mientras imaginaba a tres mejicanos violando sucesivamente el cuerpo incosciente del pobre David, Sara tiro de mi camisa y acerco su cara a la mia. 'Como te llamas?' dijo Sara mirandome a los ojos. Llevaba tres meses sin echar un polvo. Tres largos meses. 'Mike' dije yo. 'Encantado Mike' dijo ella sonriendome. Que coño, solo habian pasado quince minutos. Ya apareceria, David.

Creia que Sara hablaba alto por la musica del local en que la conoci. Pero la verdad es que estaba medio sorda asi que todas sus palabras estaban subidas al doble del volumen normal de una chica de veinticinco años. Era muy curioso porque la chica siempre te miraba los labios atentamente. Como si se fuera a perder algo de lo que fueras a decir. Cuando intentabas susurrarla algo al oido se echaba para atras como si la fueras a hacer daño. 'Sara' dije yo con la respiracion descontrolada. Estabamos en el callejon apretados contra la pared de la discoteca del que acababamos de salir. El invierno me habia bendecido con una gabardina de cuero que me llegaba por los pies tapandome hasta los pantalones desabrochados que ahora solo me llegaban por las rodillas. 'Shhh' dije yo. No me oia. 'Nos van a oir' la dije un poco mas alto. Al fondo del callejon se oian gritos histericos alejados de lo que solo eran unas sombras que se habian empotrado contra unos cubos de basura. No conseguia verlo con traqueteo de mis movimientos contra su cuerpo y las corrientes electricas que generaban sus uñas en mis nalgas, clavandose con cada movimiento. Sara gemia...como gemiria alguien desde la barra queriendo que le oyera el camarero. 'Calla' grite yo al lado de oido, mientras la volvia a penetrar. Mi grito lo camuflo su gemido. Era como si siguiera en la discoteca, follando en el baño, solo que la musica estaba en "mute". Nunca me imagine follando y gritando cosas tan poco romanticas en un callejon. Las sombras del final del callejon se hacian cada vez mas grandes y los gritos cada vez mas fuertes. Mierda, puta sorda que no me oye. Nuestras caderas iban cada vez mas rapido y a cada instante perdia fuerzas para mantener los ojos abiertos. A ella tambien se le notaba. Sus gritos eran cada vez mas intensos. Ya me daba igual quienes fueran aquellas personas. Que nos oyeran. Seguro que se morian de la envidia. Aprete mi cuerpo lo mas fuerte que podia contra el suyo esperando el estimulo culminante de la noche mientras maldije por un instante a Aurora por haberme abandonado. Antes de hincar mis dedos en la pared de ladrillo mientras el condon completaba su funcion en el mundo, cai por un instante en que todo esto era culpa de mi seboso compañero de piso.

Estaba frente al espejo, con la maquina de afeitar en las manos. Y entre tanto pelo, lo unico que me venia a la cabeza era "retribucion". La puta ley de murphy que ha salido de la boca de mi madre desde que me despertaba en mitad de la noche tratando de ocultar las recien humedecidas sabanas. Cuando eres pequeño, no te enseñan a que beber mucha agua antes de dormir, incita a soñar con cascadas en mitad del Amazonas. Lagos cristalinos donde puedes bañarte completamente desnudo y dejarte volar hacia los amplios paramos de...ningun lado. Me habia acostumbrado al tacto de orina sobre la piel. No se distinguia mucho de un paño mojado, salvo por el olor. Mi madre decia que era culpa mia por no llevar pañales. Decia que si llevase pañales no ocurriria nada, porque asi funciona el mundo. Las cosas ocurren cuando menos te lo esperas. Si te lo esperas no ocurren, asi de sencillo.
Hasta el dia de hoy me enorgullece poder decir que nunca me puse pañales, pero me estaba afeitando y no podia evitar pensar que no pasaria nada esa noche con nadie. La puerta de cristal del baño retumbo bajo los puños de David, haciendo que mi mano desviase la cuchilla.
"¡Mierda!" Era la segunda vez que me cortaba ese mes. La sangre que se bombea por el escroto es la misma que pasa por tu pene. Y por alguna puta razon retorcida, se me ponia algo dura cuando me afeitaba. Siempre imagine que era como, cuando te cortabas el pelo y te ibas viendo mejor, mas limpio, mas guapo... sonreias, y ya estaba dura.
"Pipí, tengo que hacer pipí!" dijo David de doscientos kilos al otro lado de la puerta, botando como una patata caliente.
"Ya voy coño!" dije barriendo el pelo rizado del suelo y tirandolo al vater. Me preguntaba como seria Aurora. El corazon me latia fuertemente. No me gustaba esta situacion ni un puto pelo. Por que cojones tenia que llevarla yo. Guardé el neceser y sali del baño. Joder, no se ni como es.
Sali del baño, pinzando a David contra la pared con la puerta.
"Vas a recogerla?!" pregunto David a gritos a traves de la puerta abierta del baño sentado sobre el retrete.
"No voy a recogerla!" grite, mientras me ajustaba la camisa, en el espejo. Cerre la puerta de la habitacion y eche el pestillo. Levante la almohada para coger el movil. Tenia un mensaje. "Recogeme a las 11, en el puente. No llegues tarde." Iba a llegar tarde, si o si, por mucho que me pidiera lo contrario. No recuerdo cuando fue la ultima vez que llegue puntual. 'Mierda' dije yo. No me gustaba recoger a nadie.

Siempre me maravillaba el hecho de que David nunca tuviera hemorroides. Pasaba gran parte del dia en el baño, como si fuera su despacho. Habia adornado las paredes que circundaban el retrete con estanterias llenas de revistas, catalogos, videojuegos y hasta gominolas y un cojin para sus mas largas estancias.
Al principio supuse que sus largas visitas al baño se debian al peso, y el que sus piernas de pollo no pudiesen cargar con el gran barril que tenia por barriga, para desplazarle de nuevo al mundo real. Iamgino que su capacidad de esfuerzo tenia un limite y decidio ponrse comodo hasta que reuniese fuerzas para volver a salir. Lo que nunca entendi es por que no se hacia un sistema de poleas para levantarse.
"Que coño es esto!?" pregunté desde el marco de la puerta del baño, levantando la servilleta. David me miro desde donde estaba sentado con la radio puesta, con el ultimo tomo de Los Vengadores entre las manos tapando el poco espacio entre sus muslos. Inmediatamente me tape la nariz y la boca con la servilleta perfumada con carmin tratando de evitar los conflictos gastricos de David. Cerre la puerta.
"Que dices?!" dijo él
"La nota?!" dije yo a traves del cristal tintado de la puerta.
"Que nota?!"dijo David, tarareando Macho Men de YMCA
"La puta nota! Ha venido alguien a mi habitacion!?" grite
"Nop, no que yo sepa! ...Macho, macho man...!" dijo David sin mucho interes
Me aparte de la puerta. Claro que no iba a saber nada. Una puta tropa de elefantes podria invadir la cocina y seguro que ni se enteraria estando él sobre su trono.
Eran las once menos diecisiete. Cogi las llaves del coche y abri la puerta. Se me olvidaba algo. Cerre la puerta de nuevo y aprete el puño sobre las llaves. No se que era!... Sonaron las campanadas de menos cuarto. Debia darme prisa ."...i want to be, a macho man!!..." grito a pleno pulmon desde el otro lado del cristal. Mire los labios de la servilleta. Me lo meti en la chaqueta y sali del piso. Quizas la noche no seria tan malo como yo creia. O eso pense en aquel momento.

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