NEVER AS YOUNG AS TONIGHT


As Rant Casey once said, the future you have today is not the same you'll have tomorrow. So, for whatever tomorrow inspires me to write, I'll live today.

Here's
just an outlet of somesort where my keyboard can open up the world I see, for those who care to adventure in it.

An ongoing bilingual portfolio of somesort, seeking for guidance suggestions as well as publishing and publicity.


18/1/12

No fear



No puedo recordar la última vez que dije que no. Tal vez sea el estado de quietud de mi mente que se me pone despues. Tal vez es el dolor el día después. Tal vez sea el hecho de que yo sabía que siempre se aprende algo cuando se trata de jugar cualquier deporte. Han pasado casi diez años desde que me metí en este mundo, y todavía no puedo conseguir bastarme de él. No puedo entender por qué, pero en realidad tiene que haber una razón? De haberla, solo puedo decir que sera por que es mi pasión, y dejemoslo en eso. Pero, en realidad, nunca solía ser así.

Cuando era más joven, yo era el ese niño en la ultima fila al que siempre elegian el ultimo para formar equipos en educaion fisica. Odiaba la clase de educacion fisica. Odiaba todo lo que tenia que ver con ella. El correr a las 8 am, el cambiarte frente a tus compañeros de clase, las camisetas apretadas... Todo.
Sí, no era muy partidario de los desafíos en aquel entonces. La pubertad se disipaba y la angustia adolescente estaba a punto de llegar. Lo recuerdo porque fue cuando dejé los cómics a un lado, subi el volumen a la música rap y me inscribi en waterpolo solo para alejarme de todo el mundo. Pensé para mis adentros: "¿Por qué no darlo una oportunidad?" Siempre había preferido nadar a correr. El peor de dos males. Me encantaba flotar en la piscina cuando era pequeño. Podia estar quieto, contener la respiración, y en el momento en que contase hasta diez, todo el mundo habria desaparecido.

El nuevo semestre empezó y me encontré caminando en fila hacia la piscina con mi nueva adquisición: un traje de baño corto de látex ajustado. Y a medida que me acercaba a la orilla podia ver el equipo adulto. Yo estaba hipnotizado por el poder de esos nadadores. No sólo físico sino mentalmente. No lo sabía entonces, pero yo estaba fascinado por la forma en que podian jugar como si nada más existiera.
Mi nuevo entrenador comenzó a gritar y aunque me sentia muy extraño en ese momento desnudo salvo por el slip de latex, todo se convirtió en el silencio mas absoluto en cuanto mi cabeza tocó el agua. Mis músculos inyectaban ácido por mis venas al ritmo de la voz del entrenador. Todo habia desaparecido, pero esta vez no tenia que contar hasta diez. Nada importaba. Lo único que habia en ese momento era sólo yo y mi entrenamiento. Llegué a casa esa noche habiendo encontrado algo que se quedó conmigo en los años por venir.

A la mañana siguiente me desperté, con mi angustia adolescente y todo, pero también con un tinte de excitación por que esa tarde tenía que entrenar de nuevo. Así es como empezó todo. Un par de años más tarde estaba en tenis y que pronto se convertiria en hockey. Con los años me he encontrado a mí mismo sin ser capaz de hartarme de ningun deporte. Quería hacerlos todos. Y con cada deporte he aprendido algo nuevo. Trabajo en equipo, esfuerzo personal, la ambición, el coraje ... Poco a poco me aferraba a las lecciones que habia por aprender que me esperaban sentados en el banquillo mientras creaban una pasión dentro de mí que ha durado hasta hoy.

Hoy en dia me encuentro en las artes marciales. Me tope con ellos hace varios años y he encontrado que son deportes donde la constancia y la paciencia son tan importantes como el deporte en sí. Se entrena junto a tus compañeros de equipo intercambiando conocimiento con el fin de que los dos mejoren. Te empujas a traves de tus limites, a través del dolor y el miedo. Y muy en el fondo te das cuenta,de que el dolor es el placer que tienes que pagar para tener éxito. He descubierto después de todos estos años de cambiar de deporte, una cosa que lei hace tiempo:

"Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados, nuestro temor más profundo es que somos poderosos sin medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
Ser pequeño no le sirve de nada al mundo, no hay nada de grandioso en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras a tu alrededor. Todos estábamos destinados a brillar como hacen los niños. No es sólo algunos de nosotros sino todo el mundo. Y cuando nos dejamos brillar es nuestra propia luz, que inconscientemente da permiso a otras personas para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestros miedos, nuestra presencia automaticamente libera a otros ".

Ahora miro atrás y veo que me daba miedo, miedo de no ser quien quiero ser. Pero de lo que no me di cuenta entonces era que los demas tambien tenían miedo. Miedo de quien yo podría llegar a ser. Siempre habrá aquellos que te dicen que no puedes hacerlo. Ellos son los que te temen. Ellos le temen, por tu poder. Esos son los que te harán fracasar. Pero el fracaso es bueno. Tenemos que fracasar una y otra vez, para superarnos a nosotros mismos y alcanzar la excelencia. Si no lo intentamos, si no nos arriesgamos, nunca vamos a ser lo que estamos destinados a ser.

Ahora, en la mayoría de edad de mi educación me encuentro a mí mismo buscando la excelencia, fracaso tras fracaso. Me puede haber llevado mi tiempo para poner mi mente a ello. Pero nunca es demasiado tarde para empezar. Sólo sé, que el tiempo es el mejor regalo que jamás tendre. No se puede comprar tiempo. Así que haz que tu tiempo cuente. Haz las cosas bien. Haz lo mejor que puedas en cada tarea que tienes que hacer en la vida, porque el tiempo es tan precioso. No tenemos tiempo que perder haciendo las cosas dos veces porque no hicimos las cosas bien a la primera. No hay vuelta atrás. Pero nunca es demasiado tarde para empezar a hacer las cosas bien.

Una vez me dijeron que hay mayor virtud que la valentía: la paciencia. Algunas cosas se logran paso a paso. No se nace un triunfador. Tienes que ganartelo. Tienes que tener coraje. Coraje para ser paciente, y realmente desear ser un triunfador.
La gente me pregunta por qué, que me mueve. En verdad, no lo sé. Tal vez sea porque no estoy dispuesto a dejarme acabar donde empecé. Tal vez quiero mostrar a todos lo que está en mí, aunque no puedan verlo aún. Mostrarles cuán grande soy yo, y convertirme en lo que yo sé que soy. Sea lo que sea, al diablo, de veras tiene que haber una razón para ser grandioso?

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