Notas a pie de pagina

Hacia mucho que no le tocaban a Jack. Supongo que en el fondo no le extrañaba. Siempre habia sido algo peculiar, como unos palillos chinos de metal. Cada noche cuando se cruzaba con alguna hermosa mirada agachaba la cabeza. Pretendia huir de las conversaciones sin sentido que acababan entre alcohol y sabanas o de las decepciones a la mañana siguiente. Sobretodo, huia de las caricias que le hicieran sentir esa horrenda huracan que es capaz de nacer en el corazon de un hombre.

Con el tiempo Jack aprendio a levantar la cabeza. Aguantaba las miradas desde su fortaleza. Ya no huia. Solo se protegia de los celos irracionales, de las sonrisas inolvidables y de las noches de invierno tan calidas como un baño en el mar de verano.

Hace poco, Jack intentaba resisitirse...evitar lo inevitable...ya que ninguna fortaleza es impenetrable. Jack, al desnudo por primera vez en mucho tiempo trataba de controlar esa invasion. Pero era de ese tipo de cosas que no son mas que incontrolables. Jack se resisitia...tenia miedo...no podia perder el control de lo unico valioso que siempre habia protegido: su corazon.
Supongo que es de ese tipo de cosas que por mas que intentes controlarlos, menos logras hacerlo. Entonces, el no lo sabia, ahora si.

Ahora, Jack yace sentado sobre las cenizas de su fortaleza. En cada mano guarda una pieza de su corazon. Lagrimas machacaban el suelo y sus sueños y esperanzas se alejaban lentamente de la zona del crimen. Jack recogia las piezas del puzzle que formaban el rostro que habia incendiado su fortaleza. Y mientras veia esos fragmentos, sonrio mientras lloraba. Y mientras recordaba todo lo que no habia querido sentir, siguió sonriendo porque lo habia sentido, lo quisiera él o no. Al fin y al cabo hacia mucho que no le tocaban el corazon a Jack como habia hecho ella.