Esa isla ahora es solo un fantasma, lleno de momentos, amistades, amor que ya no son.
Tantas historias han pintado imágenes en mis oidos a diario, forjando un paraiso que me atormenta. Un lugar que ya no quiero pisar por el dolor que me despierta. Si de tan sólo pensarlo siento que me desgarra algo por dentro, como si me quitaran parte de mi que ya empezaba a sentir mio. U lugar en el mundo. Un pequeño refugio, igual que en sus brazos, en sus besos, en sus palabras cuando me hablaba mirándome los ojos, atenta a lo que realmente tenía que decir. No el de oídos sordos sino el de descubrimiento, como cuando estábamos solas y nos desnudabamos hasta el alma el uno al otro buscando conocer los rincones más profundos. Buscaba conocer los rincones más profundos de sus isla, pero realmente era una excusa para conocerle más a fondo a ella. Quizás tenga ella razón. Lo bonito está en el pasado. Pero lo único que encuentro en mi presente mirando hacia el pasado es duelo, vacío y remordimiento. La isla es solo un desierto más sin ti. Hacías que todo lo demás brillase mucho más. Sin ti, fuera sólo queda calor, arena y piedra; dentro frio y un arenero usado. Quizás algún día volvamos a coincidir, haciendo hacer se eclipse que fue nuestro comienzo y nuestro fin.
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