NEVER AS YOUNG AS TONIGHT
As Rant Casey once said, the future you have today is not the same you'll have tomorrow. So, for whatever tomorrow inspires me to write, I'll live today.
Here's just an outlet of somesort where my keyboard can open up the world I see, for those who care to adventure in it.
An ongoing bilingual portfolio of somesort, seeking for guidance suggestions as well as publishing and publicity.
16/2/09
In the Vaterland
Era Navidad, pero seguia funcionando. La maquina no descansaba. La maquina no dormia, y el humo negro al otro lado de los enormes ventanales, nunca cesaba. Las paredes se iluminaban tras la puesta de sol por una luz puramente blanca, cegadora. De noche los focos enfocaban a los ventanales desde el exterior, y atravesaban las paredes, impidiendonos ver mas alla del humo. Todo formaba parte de lo mismo. Una unidad, una entidad, como los engranajes de un reloj de cuerda. Una vez puesto en marcha, no habia forma de pararlo. No sabiamos cuánto hacia, desde que se puso en marcha, los calendarios estaban prohibidos. El tiempo no se regia segun el calendario, sino por el reloj que todos seguiamos. Un reloj dividido en diezmilesimas de segundo, sin numeros, empotrado en lo alto de la pared. A cada lado, una bandera roja que colgaba verticalmente hasta el suelo.
Tire de la palanca. "Un misissippi, dos misissippi, tres misissippi..." Volvi a reposicionar la palanca y gire tres interruptores "cuatro...cinco...seis..." Aprete dos botones a intervalos iguales y volvi a tirar de la palanca, y delante mio una plancha enrome de metal caia cataclismicamente contra otra plancha de metal." Ocho...nueve...diez" Enderecé la palanca, levantando la plancha de metal y mire el reloj, mientras arañaba la pared detras mio con una moneda desgastada a la mitad "Cincuenta y nueve" Ya quedaba poco.
"Un misissippi, dos misissippi..." Me mire la muñeca. Entre la grasa y la suciedad se apreciaba la silueta de un reloj sobre la piel. Agarre con mas fuerza la palanca mientras continuaba con la rutina. ¿Que estaria haciendo Steinn ahora mismo? "...cuatro misissipi..."Estara ya en alguna casa de campo, con una chica, bebiendo vino y comiendo Emmental "...cinco...misissippi..." o quizas este frente al Sena comiendo mermelada y mantequilla"...seis misissippi..."Tire de la palanca y la planchas frente a mi volvieron a colisionar.No..."...siete misissippi..." Probablemente este en la bodega de un barco de camino a Inglaterra."...ocho misissippi..."O quizas haya ido al viñedo de Maurice "...nueve misissippi..."o quizas este en un tren camino a...En un tren no, Steinn nunca viajaria en tren aunque fuera lo ultimo que le quedase. Empezo a salir humo de las dos planchas y los engranajes empezaron a chillar. Las luces al lado de los botones parpadeaban intermitentemente una luz roja. Tenian garabatos escritos sobre los botones pero no eran palabras que yo reconociera. Volvi la palanca pero las planchas seguian chirriando y empezaron a temblar entre si, como placas tectonicas. Se parecian muchisimo a los dibujos de mis libros de texto. Placas terrestres con volcanes escupiendo fuego, frotandose unas placas con otras generando terremotos y desastres naturales. Me encantaban las clases de Geologia con la Leoparda. Siempre iba con zapatos y medias con estampado de leopardo cubriendo esas piernas largas que nos hacian a todos bullir como volcanes activos. Como aquella vez que en mitad de un examen oral se horrorizo del bulto que crecio espontaneamente por debajo de la bragueta de los pantalones de Freddy Henrickson. Me acuerdo vividamente de lo rojo que estaba. Parecia la cara de papa, cuando nos hablaba de politica o de su jefe. Se le notaban las venas azules del cuello y siempre hablaba con la boca llena haciendo que volasen cachos de huevo hacia el plato de mama. Freddy trataba de explicarla delante de treinta alumnos lo mucho que le atraia, cometiendo suicidio social para lo que le quedaba de instituto, pero la Leoparda me estaba gritando a mi. Claro que yo no me entere porque no podia quitarle la vista de sus piernas. Estaba sentado en ultima fila y cerre los ojos. Me ardian muchisimo las mejillas, tenia una mano en el bolsillo y otro que sostenia el libro de geologia al reves. Freddy me contó al dia siguiente que la Leoparda les saco a todos de clase con la excusa de que estaba creando demasiada actividad sismica y que podria ser perjudicial para su salud, estar en la misma clase que yo. Freddy y yo nos volvimos mejores amigos despues de esa clase, y planificamos varias visitas a la casa de la Leoparda, pero desistimos cuando vimos el uniforme de su marido.
El ruido empezo a cambiar, como si proviniera de varias direcciones. Y a medida que se hacia mas fuerte, se hacia mas grave. Parecian ladridos. Eche el cerrojo de la puerta de mi izquierda y me aparte de la llamarada enorme que surgia de las dos planchas metalicas. "A Schultz no le va a gustar eso" dijo un compañero. "Tranquilo, todo ira bien" La puerta estalllo y se convirtio en astillas voladoras y humo. En el lugar donde hubo la puerto ahora habia una fila de hombres de uniforme que entraban ordenada y velozmente. Las placas estaban rojas y el fuego se tornaba azul, camuflandose con el aire. Parecia aire liquido que se movia como una bailarina. Hacia mucho que no iba a ballet. Queria volver a ver piernas largas moverse gracilmente, como aire liquido. Extendi las manos, recorriendo la silueta de las planchas mientras tarareaba la Septima Sinfonia de Beethoven. "¡¡Para!!"grito mi compañero, pero los perros de uniforme ya le habian heho callar. Sentia un frio extremo en la punta de los dedos y empece a tararear mas fuerte, imaginando que estaba en las duchas como cada mañana, y te duchas con agua fria, porque solo hay agua fria. Empece a ver como salia humo de mis manos. Y no pude parar de mirarme las manos mientras las contorneaba alrededor de las planchas.
Senti un golpe muy fuerte en el costado que me saco todo el aire y me llevo al suelo. Me puse boca arriba y vi a un soldado sin casco, con la cara llena grasa negra, que levantaba su rifle por encima de su cabeza, y lo bajo como un cazador que clava su lanza en su presa.
Me desperte sobre un suelo de piedra muy frio. Un frio muy distinto al del aire liquido.Intente moverme pero me escocian las manos. Me puse de pie usando los codos y vi que donde habia estado, habia un charco de sangre seca. Me toque la frente y senti un dolor agonizante en la frente, pero no senti nada en los dedos. Solo me escocian. En una esquina habia un hombre de uniforme, que yacia esposado y con las piernas abiertas en "V". Tenia la camisa desabotonada y rasgada. La cabeza le colgaba y su boca yacia abierta, con un hilo de saliva que le unia a su barriga.
"Crei que lo habias conseguido" dije yo
Gruñó ligeramente. "Ya se han ido" le dije, y me senté a su lado.
Levanto la cabeza y me observo detenidamente "¿Y a ti que te ha pasado?" me dijo
"Steinn...siempre dejas las cosas a medio hacer"
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